La chica de la tortilleria
Fecha: 01/01/2018,
Categorías:
Tabú
Autor: Arandirelatos, Fuente: xHamster
... ella y me deslicé hacia abajo, hacia su raja. Metí mi cabeza en su entrepierna y hundí mi lengua en su tibia puchita.Dijo que eso no lo practicaba pero no me importó, lamí y lamí, metiendo mi lengua a intervalos en aquel húmedo agujero. Su sabor era único. Ella, por fin, gimió abiertamente y me agarró de los cabellos mientras se estremecía. Miré hacia arriba y nuestras miradas finalmente se conectaron compartiendo por primera vez el placer de nuestro encuentro.Me incorporé y tomé su ligero cuerpo que fácil y violentamente maniobré dejándola recostada boca abajo. Ella apenas si pudo echar un vistazo cuando me coloqué detrás para volver a penetrarla.Nuestras carnes chocaban constantemente mientras el catre sobre el que estábamos crujía en cada envestida.Al disfrutar de sus suaves nalgas, cuando mi área púbica se estrellaba con ellas, casi me ganan las ganas pero pude aguantar, no quería soltar aún mi carga de espermas que por tanto (y que por ella) había guardado.A tan sólo unos minutos de que se cumpliera el límite de nuestro encuentro, ella habló:—¿Te falta mucho? —dijo.—Todavía —le contesté con ...
... cierta m*****ia, no quería perder la concentración en ese momento.Tras otros minutos de constante ayuntamiento por fin dejé que mi cuerpo arrojara su tibio néctar.—...se siente muy caliente, ¡aaaah! —ella expelió.El económico profiláctico que habíamos usado se había roto. Mis espermas por fin se dieron gusto al nadar dentro de ella. Lo bueno es que ella no podía reprocharme nada, ya que ella justamente lo había proporcionado. Ni modo, lo barato sale caro.Sin importarme aquello, caí desfallecido a su lado. En los segundos siguientes, en los que me sentí desvanecido, apenas noté cómo ella se limpiaba de mí (eso no me gustó mucho, pues lo sentí como un desprecio; aquel líquido viscoso había sido parte de mí hacía tan sólo unos instantes). No obstante, me sentía satisfecho.Salí de aquel lupanar muy contento ya que pretendía que aquel no fuera nuestro único encuentro. Ahora que sabía donde localizarla, acudiría periódicamente a disfrutar de sus servicios.No obstante, en cuanto a la cita, me dejó plantado. No sé por qué, pero ella nunca se presentó. Ahora que vuelva a tomar su servicio le preguntaré.FIN