Con el jefe de su marido. Ella cuenta yo escribo, pusimos todo para contártelo
Fecha: 28/12/2017,
Categorías:
Sexo con Maduras
Infidelidad
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... la naturalidad del conocimiento de la carne como si fuera una continuidad del conocimiento en otra vida, así lo estaba sintiendo como si memorizara el sabor de sus besos, la textura de su saliva, la intensidad de la pasión en la entrega de su lengua para recorrer mi boca. Pero… la pausa no dura para siempre, su deseo está latiendo, puedo sentirlo vibrar, frotándose sobre mi sexo. Es su tiempo, sus ganas de hacerme sentir su masculinidad. Vuelve a manejar a su mujer, me acomoda como al inicio, atravesada, con las nalgas tendidas al borde mismo de la cama. Está de pie, fuera del lecho, me acomoda a su antojo, eleva mis caderas para colocar un almohadón debajo, me acerca bien al borde, se ubica frente a mi sexo, el miembro bien erguido lo pone en mi sexo, abro los labios para que lo acomode en el justo en el centro, sus manos apoyadas en la cara posterior de mis muslos, mis pies en su cintura. Acomoda por última vez la verga en la entrada y comienza a empujarse dentro de mí. Mi mano llega a acariciar los suaves vellos que bordean su miembro. Comienza a bombear lentamente, mi mano colabora apartando mis vellos púbicos, frotando el clítoris. El vaivén se torna lento y profundo, sin dejar de observarnos, comienzo a decirle cuanto placer siento, lo bien que me hace sentirlo moverse dentro, pero lo que más y mejor recuerdo son esas miradas que nos dedicamos. Mientras le voy diciendo cuanto placer me hace despertar al sentirme totalmente suya, el señor sigue empujando, lento y ...
... profundo silencioso, solo responde con la agitación propia de quien entrega su alma en este acto de sexo. Continua empujándose dentro de mí, lento pero acrecienta la intensidad y la profundidad de las embestidas, sus empellones de pelvis lo acercan más, ahora puedo acariciarlo en el cabello, el cuello, la espalda. Las embestidas se profundizan, siento como cuando se lanza con toda la fuerza de su cuerpo presionando con su verga en mi sexo, mi cuerpo se hunde en la cama, no es una sensación siento como el colchón cede al impulso de este hombre que me está cojiendo en continuado, sin pausa y con una vehemencia que desconocía. Cambia, ahora se endereza, sus manos presionan fuertemente sobre la parte de mis rodillas, y empuja más fuerte, más rápido, más intenso. La excitación vuelve a someterme, ese hormigueo en la vagina me hace estremece, los embates del hombre me sacuden, eché los brazos atrás, me agarré de las ropa de cama, apretando y retorciendo cuando tengo a mano, no puedo contenerme, la calentura me puede, me domina me hace retorcer en ese placer que no puedo controlar los embates afiebrados del hombre pasado de calentura. Bufando su exacerbado deseo, agitado en el delirio de empujarse cada vez más dentro de mí, ya no me mira, está crispado enceguecido en la tarea de empujarse hasta la irritación de los sentidos. Lo siento afiebrado en la urgencia de la proximidad de su eyaculación, casi diría que la puedo sentir movilizarse dentro de su cuerpo. No reparó que estaba en un ...