Con el jefe de su marido. Ella cuenta yo escribo, pusimos todo para contártelo
Fecha: 28/12/2017,
Categorías:
Sexo con Maduras
Infidelidad
Autor: Lobo Feroz, Fuente: CuentoRelatos
... acción. No sé cuál de las dos cosas predomina, si el pedido de mi marido o la calentura que habías despertado en mí. Todo había sido dicho, creo que todos entendimos los mensajes, en la despedida sentí el beso en la mejilla, algo imprudente, justo en la comisura de mis labios, su mano acariciaba en mi cintura, nada fue casual, todo intencionado, sabías que te estaba comenzando a desearte. En estos juegos del erotismo y del deseo nunca hay inocentes, todos somos náufragos en el mar del deseo, agárrate como puedas es la regla de la conquista. Había notado que se le había olvidado la agenda electrónica, suponía que fue algo calenturientamente calculado para tener la excusa de volver… por ella. Piensa mal y acertarás, decía la sabia de mi abuela. En la tarde llamó el señor Xavier, preguntando si había encontrado su agenda, pues no la podía hallar y era algo que estaba necesitando, le respondí que podría enviársela, pero dijo que no, que no le importaba apartarse un poco de su camino y pasar a buscarla. - Claro, por supuesto que puede venir por ella. - Espero no crearle un problema si voy un poco antes, porque realmente la necesito. - Claro que no, de ningún modo - Solo decía porque como su marido está trabajando… - Pues no, por que debería ser un problema que venga. Dicen que el tiempo del que espera es más lento, estaba algo, mucho, emocionada, sentía nuevamente esa sensación inequívoca de excitación en mi entrepierna, la misma que el día anterior cuando caminaba tras de mí. No ...
... sabía que esperaba o sí, tenía mis instrucciones pero suponía que Carlos me daría alguna indicación de cuándo, cómo o dónde, esto era algo fuera de libreto, ni sabía cómo actuar. Llegó el señor Jefe, lo hice pasar, de sobra sabía que mi marido no estaría, como si fuera poco o como para corroborar que no se apareciera, mientras bebíamos unas cervezas que le había convidado me comentó que debido a que se presentó una contingencia mi marido se había quedado para hacer unas horas extras, y que de paso me avisaba que llegaría bastante tarde, al menos unas cuatro o cinco horas, que no tenía que preocuparme por su tardanza. Mientras duró el compartir las cervezas conversamos sobre la nada misma, hasta que no sé de qué modo nos mudamos a sentarnos en el sofá. En la segunda cerveza ya habíamos tomado confianza para comentar sobre la soledad y los amores furtivos, esos temas que siempre sirven para acercar los temas que tienen que ver con la infidelidad y los amores prohibidos. De ahí a darme unos masajitos en los hombros solo fue un salto de calidad de elogios a mis cualidades físicas sobre todo haciendo referencia a lo agraciada de mi figura, la tersura de mi cutis y lo voluptuoso de mis pechos. - Tienes todo bien durito, terso y vibrante. Claro a tus 24 años la vida te ríe y canta. - Bueno, usted señor también tiene lo suyo y sobre todo con lo que me gustan los hombres maduros. - Y que podrías ofrecerle a un señor… maduro… - Si te alcanza con esto! Y me di una palmada en mi cadera, ...