Travesura en el Bus (Versión 2)
Fecha: 19/12/2017,
Categorías:
Gays
Autor: robertototo147, Fuente: SexoSinTabues
... pude evitar girar completamente para volver a verlo, y luego bajar la mirada hacia su tremendo bulto. ¡Dios! Que tremenda tranca se le formaba, con la ayuda de sus manos el bulto de su verga estaba apoyada hacia su costado izquierdo, y el la resaltaba aún más, dese la base hasta la punta. Era un tremendo pedazo de carne escondido tras ese pantalón sucio y manchado de grasa. Ahora mis ojos solo miraban ese manjar que luchaba por salir de su envoltura. Yo me saboreaba los labios, me mordía los labios. ¿A poco, Uds. creen que un niño de 8 no puede sentir placer por esa imagen tan morbosa? A mí me pasó, yo era así de putito. De pronto, olvidé donde estaba, perdí la noción del tiempo y lugar, solo estaba admirando el bello bulto del mecánico cuando levanté la mirada, y me topé con los ojos incisivos del oficinista. El había estado observando todo con lujo de detalles, habrá pensado: “te pillé mariquita” pues me regaló una sonrisa también malévola y de pronto noté que su maletín lo puso entre sus piernas, y así liberó su mano izquierda para empezar a agarrarse también el paquete. Inmediatamente vi, como esos dos machos cruzaron miradas. Miradas lascivas que se volvieron cómplices al estar dándole ese espectáculo a un pequeño niño en pleno bus público. El bus seguía su marcha, y ya bajaba más gente, nuevamente el bus estaba medio vacío pero el oficinista no se movía de su lugar. Ambos machos se sobaban discretamente sus bultos y yo babeaba por ellos. De pronto noté que el oficinista ...
... me hizo un gesto, levantando curiosamente sus cejas, indicándome el paquete del mecánico. Yo me sonrojé, pero inmediatamente él le tocó el hombro al mecánico como sugiriéndole que haga algo más, mientras él lo cubría. Y así lo hizo, él tomó mi mano derecha y la puso encima de su bulto, por puro instinto yo apreté toda esa carne por encima de su pantalón, logrando sacarle un suspiro y un gemido al mecánico, quien aprovechó el momento para poner su brazo izquierdo alrededor de mi cuello, aprobando mi actuar, y pellizcando dócilmente mi oreja. Él, con su mano gruesa y velluda dirigía los movimientos circulares de mi mano sobre su bultote, que ya parecía estallar. Entonces un gesto más del oficinista, que quería más. Y el muy obediente mecánico procedió a retirar mi mano de su pantalón, y él desabrochó el botón de su pantalón, y luego bajó el cierre, y descaradamente se bajó el pantalón con todo y su calzoncillo que era de color crema, hasta los muslos. Liberando esa enorme verga, gorda, venosa, de unos 20 cms, algo curva, y que tenía un olor fuerte, que a mí me encantaba, recuerdo que yo abrí mis ojazos, y mi boca, sorprendido por el tamaño de la verga de ese señor. Ya había visto la verga de mi papá alguna vez pero esa verga era descomunal. Entonces un pequeño empujón mas en el hombro por parte del oficinista al mecánico, y este comprendió. Me levantó un instante con sus fuertes brazos, para sentarse en mi asiento pegado a la ventana, y luego me dejó descansar encima de él; mi ...