1. Travesura en el Bus (Versión 2)


    Fecha: 19/12/2017, Categorías: Gays Autor: robertototo147, Fuente: SexoSinTabues

    ... muy amable, le contesto: SI CLARO, ALLÍ LO BAJO MAESTRO. ¡SUBE! ¡SUBE! El señor de la caja de herramientas a quien a partir de ahora le diré “El mecánico” intentaba subir pero mi papá le obstruía el paso, así que él pudo escuchar todo lo que mi papá le indicaba al chofer, finalmente subió, y mi papá se despidió de mí. Yo me fui hasta la parte posterior, y atrás mío venía el mecánico. Era uno de esos buses angostos, antiguos, tipo escolar, que tenía solo 2 puertas, una en la parte lateral delantera por donde subía el público, y la otra en la parte posterior, que estaba clausurada, por lo tanto las filas de asientos de a 2, continuaban hasta el final, yo preferí sentarme al lado de la ventana, e inmediatamente el mecánico, a pesar que el bus estaba medio vacío, vino a sentarse a mi lado, colocando su caja de herramientas a los pies. Al comienzo, y por un poco de temor, preferí no darle importancia, solo veía todo lo que pasaba allá afuera, como todo niño observador y curioso que era. Pero el bus empezó a llenarse conforme pasaban las calles. Ya estaban todos los asientos ocupados cuando de pronto escuche al chofer decir: ¡UN ASIENTO PARA LA SEÑORA POR FAVOR! Y un señor muy amable se ofreció a ceder el asiento a una anciana que acababa de subir. Él, al estar de pie, yo podía divisarlo desde mi lugar; era un hombre casi calvo, de bigotes gruesos, vestía camisa blanca y corbata, se le veía muy limpio, y muy serio. Era un hombre muy guapo de aproximadamente 50 años. Y entonces el ...
    ... bus seguía andando, y subía más gente, por lo que ese señor, cada vez iba entrando más al fondo, por un momento, en un gesto de fastidio decidió venirse totalmente hacia atrás, justo al lado de nosotros; entonces lo pude ver con más detalle. Además de camisa llevaba puesto un pantalón de tela gris que le apretaba todo, era un señor de contextura gruesa, y una barriguita sexy, llevaba un maletín en la mano, mientras que con la otra se sujetaba del tubo superior. O eran ideas mías, o es que ese pantalón le marcaba un buen paquete, como les decía, yo a esa edad ya sentía atracción por esos hombres grandes. Yo me deleitaba viendo su bulto, como se mecía el hombre al movimiento del bus debido a los baches y huecos de las calles de Lima. Todo un sueño ese hombre a quien a partir de ahora llamare “El oficinista”. Pero claro, yo no estaba solo, a mi costado, y pegado hacia él estaba el mecánico. Lo miré, el me miró de reojo, y luego volteó a verme, y yo sonrojado volteé hacia la ventana. Y giré para volver a mirarlo, mientras que el volteó al costado y se topó con el bulto del oficinista, y volvió la mirada para verme a mí, nos cruzamos la mirada una vez más, y yo volteé una vez más. Me sentí atrapado. Aquel señor mecánico se había dado cuenta que yo estaba babeando de curiosidad por el bulto de aquel oficinista, y entonces lanzó una pequeña sonrisa malévola. Pero posiblemente él quiso corroborar su primera impresión, porque al rato empezó a sobarse su bulto de una forma descarada, no ...
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