1. Los amantes de Ana


    Fecha: 08/12/2017, Categorías: Infidelidad Fantasías Eróticas Autor: Craso, Fuente: CuentoRelatos

    ... estuviera tan bien dotado como intuía que lo estaba Mario; y es que cierto día del pasado verano, tomando unas cervezas en un velador, yo me encontraba sentada frente a nuestro amigo fijando la vista durante un buen rato en su entrepierna, por la forma bastante abultada que sobresalía en su pantalón se notaba que estaba muy bien servido; no tuve más remedio que apartar la mirada al comprobar que Mario se había dado cuenta de lo que yo estaba observando, yo me ruboricé y él me miró con una sonrisa cómplice. Hace ya casi medio año que Fabián le pidió a Mario que le grabase unos CDs de música que nos gustaban bastante, música de países del este de Europa en donde Mario había estado trabajando durante algunos años. Fabián invitó varias veces a Mario para que viniese a cenar a nuestra casa alguna noche y de paso nos trajese los CDs ya grabados, pero por diversos motivos esa cena se fue postergando. Una mañana, cuando mi esposo y mi hijo se habían ido al trabajo y al instituto respectivamente, me sonó el móvil, era una llamada de Mario diciéndome que se encontraba bastante cerca de mi casa y que llevaba encima los CDs que nos había grabado, que si no me importaba podría subir a dejármelos, dudé un momento... ¿sería oportuno que subiese a casa estando yo sola?, bueno, de cualquier forma era solo un buen amigo que venía a traernos un detalle y el que yo hubiese pensado en él lascivamente en más de una ocasión era solo eso, una fantasía mía; le confirmé que me encontraba en casa y ...
    ... que le podría invitar a un café por su amabilidad. Yo estaba todavía vestida con uno de esos cómodos y poco provocativos pijamas de invierno, casi sin pensarlo me dirigí corriendo al dormitorio y me cambié de ropa por completo, me puse las braguitas más sexy que tenía y un sujetador que me quedaba algo pequeño, lo que hacía que se me apretasen bastante los pechos y se levantasen extremadamente, aun con el frío que hacía me puse una batita muy corta y medio transparente que Fabián me había regalado el verano anterior. Estaba nerviosa como una colegiala, de pronto pensé si no sería muy descarada mi actitud, ¿y si Mario sólo venía con las intenciones de traer los CDs y yo había malinterpretado sus galanterías? Pero ya era demasiado tarde para volver atrás porque Mario estaba llamando al timbre de la puerta, le abrí y le invité a pasar dándole dos amistosos besos, uno en cada mejilla. Puse dos cafés y mientras lo tomábamos, me dijo directamente sin ningún rodeo que desde el día que me conoció sintió deseos de follarme, así comenzamos a entablar una conversación cada vez más picante. Me preguntó por cuando había sido la última vez que yo le había puesto los cuernos a mi marido, lo que le negué rotundamente; desde el comienzo la conversación me puso muy nerviosa y excitada y él se estaba dando cuenta de lo que yo deseaba; y como para no darse cuenta, si yo le había recibido con el “uniforme de guerra”. Muy seguro de sí mismo me dijo: “Ana, ahora voy a follarte como nadie te lo ha ...
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