1. Inmigrante (03)


    Fecha: 07/12/2017, Categorías: Infidelidad Grandes Series, Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos

    ... desapareció rápidamente. La dejé caer al suelo y le dije: -Veamos si has aprendido algo. Sigue mamando. Permanecí sentado, como estaba, ella tuvo que ponerse a cuatro patas para seguir, dejando su culo rojo apuntando hacia la puerta. Enseguida se oyeron los ruidos de la mamada, pero estaba pendiente de la puerta y de que volviese la criada. Cuando salía, tuve el tiempo justo de hacerle una señal para que se detuviese y luego que esperase. Se quedó mirando nerviosa, cambiando las manos de lugar a cada momento. Dejé de prestarle atención para dirigirme a Marta y decirle: -No quiero que uses las manos, y quiero que me mires a los ojos. Junto a mí, en la ducha, había un cepillo de cerdas duras y mango largo, de los que se usan para la espalda. Lo tomé por el mango y le di un golpe en el culo, al tiempo que le decía: -Joder, pon más interés. A este paso no vamos a terminar nunca. Eso la estimuló para moverse más deprisa y aplicar la lengua cuando podía. Poco después volví a darle otro con una nueva arenga. Pero ya estaba en el camino sin retorno y le anuncié: -Me voy a correr. Espero que no se te caiga ni una gota al suelo y lo tragues todo, o tendrás que recogerla con la lengua después de que te dé una buena paliza. Entonces sujeté su cabeza para embutir mi polla en su garganta y solté toda mi corrida. No solamente no se le salió nada, sino que cuando la soltó, estaba totalmente limpia. Me puse de pié y le di una palmada en el culo, al tiempo que le decía: -Vas a ser una buena ...
    ... puta. Lanzó un gemido y se corrió, cayendo al suelo desmadejada. Hice una señal a la criada para que se marchase ya y me puse a lavarme la polla en el lavabo. -¿Quieres que lo haga yo? Oí preguntar a Marta. -Sí, hazlo. Se levantó, enjabonó mi polla, la aclaró y procedió a secarla. Entre pasada y pasada de toalla, le daba besos y decía: -Gracias, gracias. Me has hecho muy feliz, gracias. -Vístete y vete a casa. -¿Puedo volver el próximo sábado? -No. Yo te diré cuando tienes que venir. Con cara de felicidad, fue a vestirse al salón, mientras yo me afeitaba y marchaba a la habitación. Estaba terminando de vestirme, cuando llamó a la puerta. Le di paso y preguntó: -¿Quieres algo más? -No… bueno… sí. Dame las bragas. Dudó un momento, pero enseguida se dio prisa en quitárselas y dármelas, con la cara roja de vergüenza. Y no era para menos. Estaban tan húmedas que parecía que las habían puesto en remojo. Las llevé a mi nariz y pude oler su esencia de hembra en celo. -Mmmmm. Veo que estás excitada. -SSSi. –Dijo mientras se ponía más roja, si cabe -Veo también que eres bastante puta. Desde ahora no quiero que lleves bragas nunca, y quiero que te depiles el coño totalmente. ¿Me has oído? -Sssi. Haré lo que quieras. Pero no sé cómo hacerlo sin que me pregunte mi marido. -Pues búscate la vida. Ahora lárgate y no vuelvas hasta que estés bien depilada y te llame. No la acompañé a la puerta. Sentí cuando la cerró, a pesar de su cuidado. Terminé de vestirme y me puse a comer. Después me senté ...
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