1. Inmigrante (03)


    Fecha: 07/12/2017, Categorías: Infidelidad Grandes Series, Autor: AMorboso, Fuente: CuentoRelatos

    Pasó el segundo mes y el abogado vino a pagarme el tercero, y a anunciarme que ya tenía mi nacionalidad española (no hay nada como el dinero y las influencias), entregándome toda la documentación. Los siguientes días estuve ocupado obteniendo mi documento de identidad. Me apunté a una academia para recordar y aprender nuevas señales de tráfico y normas de circulación españolas, con el fin de pasar las pruebas de aptitud para homologar mi carnet de conducir. Las cuatro amigas se hicieron habituales todos los viernes en el local. A Marisa le prohibí ir a mi casa si no la citaba yo, aceptándolo a regañadientes. Uno de los fines de semana, vinieron a la discoteca las tres amigas, sin Ana. Nuestra falta de comunicación no me permitía saber si era porque se encontraba mal, no le apetecía o si había alguna otra razón. Me acerqué a ellas para indagar y sin tener que preguntar, me informaron que se encontraba indispuesta y no le apetecía salir. Marisa me hizo una serie de insinuantes guiños ante la atenta mirada de las otras dos, a los que correspondí con una sonrisa mientras les preguntaba qué querían beber. Tomé nota y le dije: -Ven dentro de un momento y me ayudas con las bebidas. Asintió y me fui a la barra. Entregué la nota a un camarero con la indicación de la mesa y marche a hablar con otro, con el que hacíamos trabajos “a medias”. Le pregunté si le apetecía follar y ante la respuesta afirmativa, le avisé que entrase en la oficina quince minutos después de mí, advirtiéndole ...
    ... que el culo no se lo tocábamos. Quería estrenarlo yo en su momento. Cuando vino Marisa a por las bebidas, la invité a visitar la oficina, a lo que accedió con alegría. Nada más cerrar la puerta, ya nos estábamos comiendo la boca, mientras yo soltaba el cinturón de su vestido y ella el de mis pantalones. Segundos después nos separábamos para sacárselo por la cabeza, quedando con un precioso conjunto que realzaba sus tetas y escasamente cubría su coño. En un momento terminé de desnudarla y un segundo después mis pantalones y calzoncillos descansaban sobre una silla y dejaban al aire mí polla, dura ya y apuntando al cielo. Volvimos a besarnos y a recorrer los cuerpos con nuestras manos. Al pasarla por encima de su coño descubrí que estaba muy mojada ya. Y se la hubiese metido de inmediato, pero la hice recostarse sobre el escritorio, que siempre estaba libre de objetos en previsión de estas circunstancias, separé sus piernas con los pies, me agaché entre ellas y abrí sus cachetes para dejar bien a la vista su coño. Se abría como una flor, y cuando recorrí con mi lengua desde su culo hasta su clítoris, lanzó varios gemidos fuertes. -Ohhhh. Siiiii. Sigue, es increíble. Le hice empinar más el culo para que sobresaliera bien su coño y puse mis labios sobre sobre su clítoris para chuparlo y lamerlo. Empezó un ligero temblor, anunciador de su corrida y cambié de sitio, recorriendo su raja a la inversa. -Nooo. No me hagas estooooo. Estuve un rato jugando con su coño, ano y clítoris, ...
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