LA TRAVIESA DE MI SOBRINA II - Relatos Eróticos

LA TRAVIESA DE MI SOBRINA II

Le conteste.
¿Cómo olvidar que fue  Betty precisamente a la primera de mis hermanas que hice mi mujer y a la que desvirgue totalmente aun siendo mayor que yo, aparte de nuestra media hermana Andrea? Yo en esa ocasión le había dicho que todas las conchas y colas de las mujeres de la familia serian mías y lo cumplí. Tenía y tengo la autoridad sobre mis hermanas, gracias a mis padres y también a ellas que aún siguen concediéndomela por sobre sus maridos. 
Así como Betty, que aun casada, relegaba la responsabilidad y disciplina de su hija en mí. Y no solo eso, sino cuando la visitaba volvía a recordarle haciéndola mía y cogiéndola a placer. Esa noche no sería la excepción. 
No estaba su marido y mi sobrina ya estaba dormida, levanto las caderas del sillón, me desabrocho el pantalón y me lo bajo con todo y trusa, mostrándole mi verga ya dura y erecta a mi hermana quien de inmediato se pone de rodillas a mis pies, agarra mi trozo de carne y comienza a chuparlo con ansias. Chupa y succiona la punta, lame todo el largo del tronco llegando hasta los huevos que chupa uno a uno, luego regresa y vuelve a chupármela.
-¡Que rico me la chupas hermanita!- Le digo entre suspiros.
-¡Lo hago como me lo enseñaste manito! ¿Te gusta?- Me contesta.
-Y lo haces bien. ¡Has de volver loco a tu marido!- Le pregunto entre ricas chupadas que me da.
-Manito, solo soy tuya, en ocasiones te engaño con mi marido. Y hace meses que estoy en ayunas. Lléname la concha o en culo de tu leche o si ...

 quieres me la tomo, pero cógeme.- Me implora Betty.
-Párate y desnúdate hermanita.- Le ordeno.
Betty de inmediato se para y se despoja de su brassier y su bikini, dejando sus prendas regadas por el piso quedando completamente desnuda frente a mí. Trae depilada su concha, lo cual me enloquece. Se la acaricia con la mano derecha mientras que con la izquierda se acaricia sus pechos. 
-Ven preciosa.- Le digo a mi hermana y la hago pararse sobre el sillón, poniendo su ya empapada concha sobre mi cara.
Se la beso y despacio paso mi lengua por toda su raja, bebiéndome sus calientes jugos.
-¡Estas chorreando manita!- Le digo mientras me deleito con sus jugos.
Meto mi lengua en su concha y encuentro rápido su clítoris al que presiono y agito haciendo que Betty gima con fuerza. Hurgo en su cueva, saboreo cada milímetro de ella, se la meto y saco varias veces, luego vuelvo a su clítoris y lo presiono.
-¡Ya manito, métemela!- Me implora mi hermana.
Se baja y se pone de rodillas sobre el sillón, separando las piernas a cada lado de mis caderas, agarra mi verga con su mano derecha y la guía a su vagina, donde despacio va bajando para enterrársela hasta devorarla casi por completo.
-¡Que rico manito!- Exclama.
Comienza a subir y bajar despacio, mientras sus manos acarician mi pecho. Mi mano derecha va a sus duras nalgas y la izquierda a sus senos que aprieto, pellizcando sus pezones. Betty gime y jadea con fuerza, sin importarle que pueda despertar a su hija. Chupo sus pechos, los ...