El manitas, su mujer y el cornudo consentido
Fecha: 29/11/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Aldebaran, Fuente: CuentoRelatos
Tarde de sábado, no demasiado pronto. El mejor plan para mí este día, es ir al cine. Tras llegar a los multicines y aparcar, me decido por una peli. Una película de acción, con un poco de risas que nunca vienen mal. Cojo el ascensor y junto a mí, sube una pareja. El alto, unos 50, con barriga, lo típico de los hombres y más a esa edad. Ella rondará también los 50. Pantalón corto, buenas piernas, ni muy delgadas ni muy gordas. Tiene unos defectillos en la cara, pero es guapa. Hablan de que harán cuando lleguen a casa. Ella propone pasar luego el aspirador. Llegamos arriba y salimos del ascensor. Me despido. Me quedo mirando el culo de ella. Está fenomenal. Tras dos horas y algo, termina la película y salimos de la sala. Qué casualidad, la pareja también estaba en la misma película, porque salen delante mío. Siguen hablando de que harán cuando lleguen a casa. Ella entra en el baño y el la espera fuera. Me acerco a él y le ofrezco mi tarjeta. Realizo trabajos de todo tipo en casa. Limpieza, pequeños arreglos, etc. -No pude evitar oírles cuando subimos en el ascensor. -¿Un manitas para todo? ¿Y además realiza tareas de limpieza? Pregunta mientras lee mi tarjeta. Es interesante. Le preguntaré a mi mujer. Justo viene por ahí. Ella sale del baño en ese momento. Pese a sus 50 años, es todavía un pedazo de mujer. -Mira cariño, este joven se ofrece para realizar tareas en el hogar. Y limpieza tal vez. ¿Qué te parece? -¿Cuánto cobra? Pregunta ella. -8 euros la hora. Le contesto. -No es ...
... muy caro. ¿Qué hacemos cariño? -Podemos contratarle. ¿Mañana trabaja? -Es domingo y no suelo hacerlo, pero ustedes me han caído bien. Mañana puedo estar en su casa a la hora que les venga bien. -No muy temprano, no madrugamos en domingo y no queremos hacerle madrugar. Le pagaremos 10 euros por venir el domingo. ¿A las 11 le parece bien? -Claro. Pero no es necesario que me paguen más. -Que sí. No es problema. Nos despedimos después de que me dieran su dirección. Le di la mano a él y cuando iba a dársela a ella, me plantó dos besos en la mejilla. -Ah por cierto, me llamo José Luis. -Nosotros Clara y Antonio. Un placer. -¡Hasta mañana! Mientras se iban, volví a quedarme mirando el culo de ella. Que suerte tiene este tío de tener una mujer así. A las 11 de la mañana en punto, estaba llamando al timbre de la casa de esta pareja. Me abrió Clara, que estaba en pantalón corto y con una blusa clara. Llevaba debajo un sujetador color carne. Al agacharme a coger mi bolsa, me fijé de nuevo en sus piernas. No eran perfectas, tenían algo de celulitis, pero eran bonitas. -José Luis, pasa por aquí, por favor. El grifo de la cocina parece que no funciona bien. ¿Podrías echarle un vistazo? -Clara, le dijo su marido. No seas maleducada, ofrécele algo de beber a José Luis. -Uy, claro. ¿Dónde tendré la cabeza? ¿Qué te apetece beber? -Algo sin alcohol. Gracias. Tras beber un poco, me puse con el grifo. No iba bien y le pedí a Clara que me abriera la pila de la cocina por debajo. Yo estaba agachado ...