1. Sorpresas te da la vida


    Fecha: 08/09/2017, Categorías: Erotismo y Amor Autor: Barquidas, Fuente: CuentoRelatos

    chicos y chicas, riendo y tal, acercándose también ellos a la barra; entonces, casi al punto de ganar el grupo la barra, se destacó de él, separándose, una muchacha, ya algo delanterilla pues, a mi juicio, los treinta ya no los cumplía, aunque tampoco parecióme que los superara en más de uno, dos, añitos; como digo, se nos acercó, para saludar, con calor, y un besito en ambas mejillas, a mi cliente. Hola tío; buenas noches… Seguidamente, se volvió hacia mí, mirándome con el mayor descaro, y su tío, mi cliente, se echó a reír al fijarse en ella y el interés que hacia mí mostraba, aunque servidor de Dios y ustedes, para esos cruciales momentos, estaba que un color se me iba y otro se me venía, de lo cortado o, más bien, avergonzado, abochornado, que estaba ¡Ja, ja, ja!... ¡Pero cómo eres, sobrina; y qué cara más dura tienes!... ¿No te da vergüenza mirar a este señor de la forma que lo estás mirando?... ¡Que te lo comes con los ojos, vamos, mi querida sobrinilla! ¡Ja, ja, ja!... Es que, qué quieres; no son tantos los forasteros que pasan por aquí… Que este pueblo está “dejao” de la mano de Dios, tiito mío querido… Bueno, bueno, señorita desvergonzada… Te lo voy a presentar: Antonio…y… (ahí, mis apellidos), y sí, es forastero; viajante de comercio, que ha años ya que me viene visitando. Y, te aseguro, buena persona; y, estimado Sr… (de nuevo, mi apellido)esta señorita tan respondona y mal criada, es mi sobrina Marina, hija de una hermana mía… Un diablillo, según ya habrá ...
     apreciado usted, pero un diablillo delicioso… Se lo aseguro… Mucho gusto conocerte, Antonio… El gusto es mío, señorita Marina… ¡Huy, huy!... ¡Pero qué ceremonioso, qué “estirado” que te veo, Antonio!... Pero relájate, hombre, que no es para tanto… Un poco delanterillos ya los dos, cierto, pero tampoco pasa nada, hombre… ¡Ja, ja, ja! Y así, soltando al aire el cascabel de su reír, nos dejó a su tío y a mí, para reintegrarse al grupo de chicos, chicas, del que se desgajara para venir a nosotros, aunque, a todas luces, a mí debió dejarme con una cara de tonto, que “pa qué” te cuento, aunque también con un cabreo de lo más insigne. El cliente y tío de la inverecunda jovencita, como tampoco de otra forma podía ser, trató, al punto de ella irse, dejarnos, de quitar hierro al asunto, por cuenta de que su sobrina, lo de que era un diablillo incluso, a veces, deslenguado, pero sin mal fondo, pes era la criatura más inocente y de buen corazón que nadie pueda echarse a la cara… Vamos, que sin un ápice de maldad, de malas intenciones o, “mala uva”, que también solemos decir por acá, en todo su cuerpecito serrano Por cierto, que a lo que antecede, debo añadir que, a cuento de lo de su “cuerpo serrano”, que también fue entonces, viéndola alejarse, y a pesar del “globo” que me dominaba por cuenta de ella, cuando por vez primera reparé en ella como mujer; claro está que sólo pude apreciarla de espaldas, pero fue suficiente para darme cuenta de que la tal Marina podía ser un “piazo” de hembra humana ...
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