Atada a la cama de Esteban - Relatos Eróticos

Atada a la cama de Esteban

... entender que quería que me desatara, pero no lo hizo. Ni siquiera me quitó la mordaza de la boca…“No, mi amor, de aquí no te vas o lo hago pasar a tu marido para que vea cómo estás convirtiéndolo en cornudo, cogiendo conmigo” Me amenazó seriamente.“Te dije que hoy ibas a ser mi puta, Anita…y te voy a coger por la cola”.Me estremecí, mi cola ya no era virgen, naturalmente, pero lo que me asustó era el tamaño de esa verga que cargaba Esteban. La tenía muy gruesa y por el culo, me iba a doler bastante y hasta podría terminar con un desgarro.Sin darme tiempo a nada, me ensartó la pija por la concha y me empezó a bombear con mucha energía, casi con furia. La sentí bien dura atravesando mi delicada vagina con un vaivén muy cadencioso. Cada vez que me la ensartaba lo hacía profundo y se quedaba unos segundos quieto sobre mi cuerpo.En mi mezcla de calentura, inquietud, miedo, placer y dolor escuchaba claramente la voz de mi marido conversando con Javier, el hermano mayor de Esteban.Podía escuchar claramente la charla. Me asusté al comprobar que Víctor había venido a hablar con ellos precisamente sobre mí, sobre nuestra pelea y sobre los mensajes de la noche anterior.Nuevamente intenté zafarme y gritar, detener la tremenda cogida que Esteban me estaba dando; era una situación confusa para mí; sentía esa pija bien dura y gruesa atravesarme con frenesí y violencia, pero mi concha bien mojada se doblegaba a los deseos de Esteban y me pedía más, que siguiera así, que no se detuviera ...

... nunca…Siguió embistiéndome con potencia y rabia mientras mis gemidos eran ahogados por la mordaza que tenía en la boca.“Te voy a romper bien la concha, Anita… Te gusta cómo te cojo… te duele?”Era verdad, me sentía muy dolorida, pero mi concha parecía tener vida propia, abriéndose más y más para recibir esa gruesa y dura pija en todo su esplendor.“Ahh mi puta hermosa! Estás bien abierta, te voy a llenar de leche” Gimió Esteban.De repente sentí unos chorros calientes adentro; Esteban jadeó levemente y me la ensartó entera, para que derramar su semen bien a fondo en mi vagina…Yo no había llegado a acabar, estaba cansada y dolorida, sentía como me chorreaba la leche de la concha y caía en las sábanas, pero todavía me sentía bien caliente.Me la sacó haciendo un ruido apenas audible y se acercó para acariciarme la cara. Pensé que todo iba a terminar en ese momento pero entonces se levantó de la cama y comenzó a masturbarse, mientras me miraba con lujuria...Quería lograr una nueva erección y yo estaba completamente aterrada de no poder aguantar sus embestidas y de que mi marido estuviera en la sala contigua esperándolo sin saber que yo estaba en su cama siendo maltratada por semejante cogida.“Estás tan hermosa, tan calladita...tan cogible...” Me dijo Esteban sonriendo.Se acercó y me asusté un poco, me aflojó las ataduras y me soltó dándome vuelta boca abajo. Pensé en patearlo y salir corriendo, pero no podía: si salía así desnuda Víctor me iba a ver ahí...era todavía peor. Dejé que me ...