1. Nunca sabes cómo acabará la noche


    Fecha: 23/11/2017, Categorías: Primera Vez Voyerismo Autor: Lauer, Fuente: CuentoRelatos

    ... de los vestuarios de las bailarinas. Al acabar y después de asearme, me crucé con Carla. Se presentó dándome un par de besos y me agradeció que hubiese aceptado jugar con ella sobre el escenario. Los hombres se excitan mucho al ver a dos mujeres jugar juntas y luego me ponen mucho más dinero en mis tanguitas, me comentó. Se rió al comentar el incidente en la zona de baile privada. Y como me había visto con muchos pelos, me preguntó si alguna vez no había pensado en quitármelos. En verano los recorto mucho más, le respondí, pero cuando crecen me pican y me molesta mucho. .-¿Quieres que te los quite? Aquí tenemos de todo para ello. Tenemos que salir bien coquetas. .-No sé. Tendría que pensármelo. .-Como mínimo hazte la línea del biquini. -insistió- ¿Y si te sale otro baile privado…? -riendo y señalado ahí abajo. .-Tienes razón. -sabía que eso le encantaría a mi marido- Nunca se sabe… Entramos en los vestuarios. Empezó a reunir cuanto necesitaba y me pidió que me sacara los pantalones. Mientras buscaba en un armario comentó que las bragas que llevaba no eran nada sexys. Al regresar traía en su mano un minúsculo tanga de los que utilizan ellas para las actuaciones. Era francamente pequeño, rojo, con cierto brillo y con lazos a sus lados. Me lo ofreció para que me lo pusiera. Por delante cubría solo lo necesario y por eso un montón de pelos asomaron. Por detrás dejaba por completo desnudo mi culo. .-Súbetelo, más. Algo más. Venga, te hará las piernas mucho más largas. Y poda ...
    ... esos pelos. -riéndose acercándome unas tijeras- Procura recórtalos lo más cerca posible del tanga. Luego los quitaremos del todo. -dijo antes de desaparecer. No había acabado con mi poda que ya estaba allí observando como lo hacía. Al finalizar me sugirió que para acabar de sacarlos lo mejor era la cera caliente. No sabía que decirle. Me enseñó el suyo y me lo hizo tocar. Estaba muy suave, parecía la piel de un bebé. Esto acabó por convencerme y le dejé hacer. Desapareció unos segundos y volvió con una especie de maleta. Era grande y estrecha de color granate. Me sorprendió que al abrirla se convirtiera en una camilla. Incluso tenía su agujero para poder introducir la cara para un buen y relajante masaje. La situó en el centro del vestuario. .-Venga súbete y pon los pies aquí. -dando una palmada sobre la camilla y señalando su extremo. Así lo hice. Me sentía muy incómoda y más cuando, cogiendo mis tobillos para que no pudiera moverlos, comentó. .-Arrímate más, acerca el culo más hacia mí y no te preocupes que entre nosotras lo hacemos muchas veces. -acariciándome la parte interna del muslo. Las únicas personas que habían tenido esa perspectiva eran un par de ex novios, mi marido y por supuesto mi ginecólogo. Me pregunté si podía ser lesbiana. ¿Intentaría algo conmigo? Cogió un poco de cera con el aplicador y empezó a extenderla. Estaba caliente pero no tan tanto como cabía esperar. Frotó con la yema de sus dedos apretando suavemente sobre la cera y de un tirón seco la arrancó. ...
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