1. Súper puta


    Fecha: 22/11/2017, Categorías: Sexo en Grupo Autor: ámbar coneja, Fuente: CuentoRelatos

    Soy Alejandra, vivo en un barrio común con mucho tráfico, ruido de máquinas, pibes jugando a la pelota en la canchita todo el tiempo, y fiestas con música al mandgo en la casa de los vecinos irrespetuosos de siempre. Tengo 31 años, 3 hijos y un marido casi ausente en la semana, ya que es camionero. Digamos que sábado y domingo no sirve para mucho. Aunque a veces me da rabia que prefiera reunirse con sus amigos a pasar una tarde con sus hijos. Eso sí, los sábados a la madrugada me coge en el nombre del deseo, la calentura y el amor que nos tenemos. Solo que, últimamente no me siento satisfecha. Antes, cuando empezamos a salir, sus métodos sexuales eran más salvajes. Me encantaba que me agarre en cualquier parte de la casa, me arranque la ropa a lo bruto, incluso en ocasiones que me la rompa, que me penetre desesperado arriba de la mesa, contra la heladera o la cocina cuando estaba prendida con el almuerzo o la cena en marcha, que me deje la cola colorada de tantos cintazos o nalgadas con esas manos pesadas, que me cague a palos en la cama mientras me daba duro, y mi conchita se desvivía en un orgasmo tras otro. Es cierto, hoy tenemos niños. No estamos solos, y las obligaciones juegan su papel. Pero extraño a ese macho sacado, temperamental y rudo. Para colmo, al frente de casa hay unos tipos construyendo un complejo de departamentitos, y no hay día que yo pase y no me digan barbaridades, las que no voy a negar que me calientan como a una pendeja de 15. Siempre los miro como ...
    ... el orto. No soy de regalarme, aunque de a poco mi fuego sexual me plantea dudas y ratones con esos desubicados. Una vez uno de ellos me dijo: ¡uuuy mamita, no sabés cómo se me para cuando te miro ese culito! Esa vuelta fue mi primer reacción. Lo mandé a la mierda, y lo amenacé con la policía. Pero, el que estaba pintando unas tejas me gritó: ¡no pasa nada flaquita, no te calentés… estás para partirte en ocho, por eso mi amigo se pone como loco! No la seguí para no generar mayores problemas, pero lo fulminé con la mirada. Otra vez, el que pintaba me dijo: ¡adiós bombachita roja! Después decime dónde venden esas calcitas perra! Como una boluda salí a comprar apurada, y no me percaté que me había puesto una calza rota en la cola. Le dije que era un pervertido, y él se rió exagerado para después murmurar: ¡si te tuviera en la cama te hago ver las estrellas mamita! Una mañana cuando estaba llevando al más grande de mis hijos al colegio, uno de ellos me grita desde el techo: ¡¿no querés que le haga otro hermanito a tu nene?! Y acto seguido su compañero agregó: ¡conmigo la lechita nunca te va a faltar preciosa, tengo una mamaderita que te va a volver loca! Yo renegaba para que mi hijo se ate los cordones de las zapatillas más rápido, cuando el tercero se suma con sus acotaciones. ¡la verdad, yo por vos aprendo a cocinar, y te como en un pansito morocha… te la doy hasta que mi mujer me entregue la colita! Los tres se reían aprovechando mi incomodidad. Los insulté y me apresuré a dejar ...
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