Laura y su marido cornudo - Relatos Eróticos

Laura y su marido cornudo

... supiera. "L-Llename toda con tu leche mi amor. Vamos así, más, quiero más verga, toda hasta adentro, no la saques hasta que hayas vaciado toda la leche de tus bolas, cabrón". Cada vez que mi mujer se ponía muy caliente, le gustaba hablarme así de sucio en la intimidad, por lo que al escucharla yo, no paraba de pajearme mientras la veía gozar como perra con mi amigo. Hasta que al fin, ella dió un fuerte grito de placer cuando alcanzó al orgasmo y este,  retiró su polla del culo para por fin correrse en la cara de mi esposa,  llenándola de su semen; sin embargo, yo conocía bien a Laura, soy conciente de su gran apetito sexual, y que no iba a darse por satisfecha con solo un polvo. Carlos ya había terminado de desahogarse, pero Laura todavía seguía jugando con su polla, sin dejar de chuparla y lamerla muy lentamente. "No me digas que eso será todo. Esto es solo un pequeño calentamiento, yo necesito más de esa maravillosa polla que tienes". Laura seguía mamándola, esta vez con todo y huevos, succionando la verga de mi amigo como nunca antes lo había visto. Carlos empezaba a ponerse cachondo otra vez, sintiendo como dejaba atrás todo escrúpulo o vergüenza, ya que después de todo, estaba haciéndole el amor A UNA MUJER CASADA. Terminé extasiado de ver a Laura, mi esposa, convertirse en una puta zorra cualquiera para mi amigo Carlos. 
Después de ese encuentro, hubieron otros más entre Laura y Carlos, porque éste último terminó de confesarme que le encantaba hacerle el amor a una mujer tan ardiente y liberal como lo era mi esposa, aunque el ya tenía la suya. Todo esto sería un secreto que guardaríamos para siempre nosotros tres.