madre y hija
Fecha: 16/08/2019,
Categorías:
Tabú
Autor: lujuria69, Fuente: xHamster
... por la pantalla de TV.Cuando entré me esperaba otra sorpresa: mi hija se la estaba mamandoa su novio en mi propia cama. El miembro estaba en plena erección, Marielatrataba de metérselo todo en la boca pero no le cabía, la hacíaahogar. Lo sacaba, le pasaba la lengua y volvía a intentarlo. Se escuchabansus gemidos y sonidos de succión.Matías me hizo un gesto con la mirada. Yo estaba dispuesta a todo, demodo que me quité el vestido que llevaba y me acomodé en la camaa la altura del pene de Matías.Lo miré bien de cerca, la cabeza hinchada, las venas marcadas, los vellos.Vacilé un poco, como pidiendo permiso, pero al final abrí la bocay mi hija lo empujó hacia dentro.Tenía sabor exquisito. Me gustó chuparlo, sentirlo duro llenándomela boca, pasarle la lengua. Había pasado mucho tiempo desde la últimavez que le hice una mamada a un hombre.Mariela y yo lo estuvimos mamando por turnos mientras Matías acariciabanuestras cabezas y gemía. Quise masajearle los huevos y mi mano se encontrócon la de mi hija, que ya estaba en esa tarea. Iba a retirarla pero la dejé.Si madre e hija compartíamos esa verga, también podíamoscompartir una caricia a los huevos de ese chico formidable.En determinado momento quise sacar el pene de mi boca para pasárseloa mi hija pero Matías me lo impidió haciendo presión sobremi nuca. Instantes después sentí chorros de leche tibia sobremi lengua: se había venido gracias a la mamada y había elegidomi boca para depositar su leche. Mantuve la verga prisionera entre ...
... mis labiosmientras sentía el líquido espeso bajar por mi garganta.Nos quedamos los tres muy relajados, Matías en el medio de nosotras dos.Una de sus manos acariciaba suavemente mi trasero. El sabor de su semen estabaaún sobre mi lengua. Después de un rato él se deslizóhacia abajo en la cama, abrió delicadamente mis piernas y mamóde mi vagina. Su lengua exquisita jugó con mis labios, los separóy se entretuvo en mi clítoris arrancándome suspiros de placer.Luego se retiró e hizo lo mismo con mi hija. Mariela gimió fuertemente,tomó una de mis manos y la apretó con fuerza. Con la mano quenos quedaba libre nos acariciábamos nuestros propios pezones. Me encantadisfrutar así: los hago rodar entre mis dedos, los estiro, los pellizco.Mi hija me imitaba tocándose sus tetas.Matías volvió a ubicarse entre mis piernas y siguió chupándomela concha. Tomó una mano de Mariela y la apoyó sobre mi clítoris;ella me acarició suavemente arrancándome suspiros de placer.Luego, Matías me hizo girar en la cama hasta que quedé boca abajoy sin darme tiempo a nada me abrió las nalgas y hundió su lenguaen el agujerito de mi culo. Sentí que me corría electricidad portodo el cuerpo y gemí con fuerza, la chupada fue bestial y otra vez quedéal borde de un orgasmo. Matías tenía la lengua dura y muy hábil,me ensalivó como un experto, me dilató y jugó en el interiorde mi hoyito.Ya sabía lo que vendría luego, y me dio temor: Matías mepuso en cuatro y se arrodilló detrás de mí. En efecto,tenía planeado dármela por el ...