Regalo
Fecha: 09/08/2019,
Categorías:
Zoofilia
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... bragas y comenzaba a acariciarse deseando de tener un orgasmo impresionante. Pero esta vez tuvo un minuto de lucidez y, antes de comenzar, decidió encender la filmadora y dejarla sobre un mueble. No sin antes cerciorarse de que la toma fuese impecable. Por el visor de la filmadora podía verse al cachorro, con el gran moño en su cuello, despreocupado de cualquier otra cosa que no fuese el sexo de Laura y esta estaba totalmente dormida sobre su almohadón-sillón, disfrutando de los lengüetazos del perro. Dejó la filmadora grabando y se ubicó en el banquito que estaba frente al espejo en la habitación y desde el cual podía ver, escuchar y casi sentir el placer que sentía Laura su amiga que seguía tan plenamente dormida y que ni se imaginaba quien estaba dándole tantas caricias en su sexo. Ana se sentó en el banquito, no sin antes bajar hasta sus tobillos sus pantalones y sus bragas. Como sabía donde Laura escondía sus juguetes favoritos, solamente estiró un poco la mano y lo trajo con ella. Era un juguete que ambas solían usar muy a menudo, era un gran vibrador plateado que de sólo tomarlo en sus manos se estremeció sabiendo qué era lo que le esperaba. Se desabrochó la camisa y desabrochó su sostén. Dejó al descubierto unos hermosos senos que estaban con los pezones duros por la excitación. Comenzó a acariciar su sexo con el juguete con su mano derecha a medida que con su otra mano se apretaba sus pechos. La escena subía cada vez más de tensión. Laura, dormida, respiraba con más ...
... fuerza. Sus pechos subían y bajaban al ritmo de la respiración profunda. Sus pezones se veían crecidos y duros. El cachorro seguía lamiendo sin ningún tipo de impedimento. Eran largas lamidas por todo el sexo de Laura. Comenzaban desde casi su ano hasta su clítoris. Uno tras otro y vuelta a empezar. Ana estaba más que excitada y con su sexo chorreante ante la imagen que veía de su amiga y su perro, sus pechos parecían que iban a reventar de lo duros que estaban, su sexo devoraba a ratos el juguete. Las vibraciones la volvían loca de placer. Miraba a su amiga cómo respiraba y más rápido movía el juguete en su sexo. Laura estaba al borde del orgasmo, el perro seguía lamiendo, ella seguía respirando más aprisa. Ana respiraba más aprisa también. Ana estaba al borde del orgasmo cuando vio que Laura, ante las grandes oleadas de placer de su inminente acabada, a "manos" de la lengua del perro, abrió los ojos y se quedó mirando, por unos segundos, a Ana, que la miraba con los ojos desorbitados y la respiración casi jadeante, y al perro que seguía lamiendo a más no poder su sexo. Como ninguna de las dos dijo ni una palabra, ambas estaban mirándose sin bajar la vista, y como ambas estaban al borde de una acabada fenomenal decidieron, sin decir palabra, seguir así como estaban. No faltó nada para que el perro hiciera que Laura empezara a orgasmar de una manera impresionante, empezó a gemir, a gritar, conteniendo sus gritos por miedo a ser escuchada, pero sin bajar la vista de la mirada ...