Regalo
Fecha: 09/08/2019,
Categorías:
Zoofilia
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Desde que Ana y Laura habían decidido cortar sus relaciones con sus respectivos novios, no había sucedido nada interesante nuevo en las vidas de ellas. Ellas se conocían hace mucho tiempo, a esta altura llevaban ya mas siete largos años de amistad y algo más. Cuando se conocieron por primera vez era la época de la escuela. En esa misma época en la que alguna de ellas solían quedarse a dormir en la casa de la otra. Y así fue como conociéndose mutuamente, comenzaron a compartir cada vez sus intimidades. Desde la simple comparación de sus cuerpos que estaba desarrollándose, hasta saber cuantas veces y como solían masturbarse. Esas conversaciones eran las que las llevaban a estar muy calientes y a desahogarse mutuamente o hasta quedar mas tranquilas. Ninguna de ellas se consideraba bisexual o lesbiana, por que simplemente sentían una gran atracción hacia sus compañeros varones. Tampoco sentían ningún tipo de celos cuando se contaban que habían hecho el amor con algunos de sus novios. Simplemente compartían su bisexualidad como algo más que las unía pero que no presentaba ningún impedimento para relacionarse con las demás personas. El tiempo había pasado desde aquella época y ya las dos habían terminado con sus estudios y estaban en épocas de universidad, trabajo y demás actividades sociales. Ambas compartían mucho tiempo juntas, después de sus trabajos, y también compartían el tiempo en el gimnasio. Lo cual hacían para mantener en forma sus cuerpos que sabían atractivos a los ...
... demás. Fue una de esas tardes en las que Ana, que siempre fue las más pícara de las dos en cuanto a sexo, no había podido acompañar a su amiga al gimnasio. Quedaron sino encontrarse en la casa de Laura después a la tarde de ese mismo día. Laura vivía en una amplia casa de dos pisos con sus padres. En el piso superior estaba su habitación, junto a una pequeña sala de estar y su baño. Ella no estaba de mucho humor para salir a ningún lado esa misma tarde, ya que se sentía bastante cansada y se sentía triste por que extrañaba a su mascota, que había tenido que regalar hace un tiempo por que era imposible tenerla en la casa. Ana no había podido ir al gimnasio con su amiga por tener que resolver ciertos problemas de trabajo, esa fue la excusa que dio. Laura le creyó, pero la verdad era que Ana había ido a comprar un presente para su amiga. El regalo era un hermoso cachorro de un año de pastor alemán. El animal estaba de lo más juguetón a tal punto que quería subírsele en la pierna de Ana a cada rato. Hacia juegos y Ana tenía que bajárselo de su pierna colorada de la vergüenza. Laura volvió su casa, no encontró a nadie en ella. Decidió darse un gran baño para recomponerse un poco. A ella le gustaba mucho la soledad de la casa por que le permitía andar a sus anchas por la casa, y eso era casi siempre Con muy poca ropa o desnuda totalmente. Esta tarde no fue la excepción, así que después de ver la nota sobre la mesa de la cocina que le habían dejado sus padres, y que confirmó que no ...