1. Tensión sexual en la oficina


    Fecha: 05/08/2019, Categorías: Infidelidad Sexo con Maduras Autor: Manteufel, Fuente: CuentoRelatos

    ... caricias, decía que aún no... pero yo no podía. Solo dije un "luego habrá más", mientras mi mano le separaba el sexo para permitirme acceder a la gruta de su tesoro. Notaba pelo pero no demasiado, sin lugar a dudas se lo recortaba. Deseaba examinar ese vello sin lugar a dudas del color del fuego, pero no podía, no podía... No podría haberme detenido ni aunque el consejo de administración en pleno hubiese aparecido por esa puerta, con su tío en cabeza. Sé que lo hice con demasiada violencia, pero los dos queríamos o necesitábamos algo así. A veces lo que crees querer es distinto de lo que de verdad necesitas. Se la clavé en dos golpes de cadera, mientras sus piernas se enroscaban alrededor de mis caderas. Como ya he dicho era alta, nuestras caras quedaban a la misma altura mientras la follaba. Porque lo que hacíamos era follar. No hacer el amor, practicar el sexo o alguna expresión así. No. Follar como dos animales, el macho solo interesado en correrse lo más hondamente posible, y la hembra en obtener el mayor placer posible de ello. La única diferencia con dos bichos del zoo era que mientras nos dábamos besos. Alguna vez leí que algunos animales también se besas, así que... No había habido demasiado tiempo para que sus paredes vaginales se preparasen, así que iba estrechita y un poco rasposa al principio. Pero pronto comenzó a segregar como una loca, mientras notaba como se iba distendiendo ante mis embestidas. Yo culeaba y la montaba con toda el ansia que alguna vez había ...
    ... sentido. No recuerdo que nos dijimos, solo sé que en un momento dado Sarah gruñó un "tengo condones en el bolso", y que mi respuesta fue un "quiero preñarte aquí y ahora, zorra". Esas palabras nos excitaron aún más a los dos. Sin delicadeza, ni sutileza, ni hipocresías... solo lo que necesitábamos. Cuando iba a correrme me sujeté a sus tetas con las dos manos, apretándolas y estrujándolas mientras descarga tras descarga iba soltando mi esperma en lo más profundo de su vagina. Quedé unos segundos inmóvil, y percibí que ella aún no se había corrido. Suelo ser muy escrupuloso en cuestiones de higiene a la hora de practicar el sexo... pero en ese momento se trataba solo de follar. Yo quería oírla gemir de placer. Y luego quería más, quería hacer realidad ese sueño que había tenido mientras me la machacaba en la ducha bajo el agua caliente. Salí despacio de su interior, para arrodillarme entre sus piernas sin dilación. "Estoy sucia", dijo Sarah. Nada respondí yo. Solo acomodé mi boca a la entrada de su sexo húmedo, para pegarme a él. Comí, lamí, devoré. Por primera vez en mi vida noté en mi boca el sabor del semen. Estuve a punto de asfixiarme, pero no puedo imaginar muerte más dulce que aquella. Le acariciaba las nalgas, el interior de los muslos... Percibí que ella se estimulaba los pezones con ansia mientas la devoraba, presionaba mi cabeza contra su sexo, como si yo fuese a separarme voluntariamente de su fuente. Clavé mis dedos en sus nalgas mientras se corría para mí, y yo ...
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