Me enseñó mamá
Fecha: 03/08/2019,
Categorías:
Fetichismo
Sexo con Maduras
Tabú
Autor: whotan, Fuente: xHamster
En esta historia, realmente sorprendente por lo que de morbosa pueda presentar, trato de relacionar puntualmente cuantos hechos se produjeron, casi exactamente o con la mayor fidelidad posible a mi recuerdo, en mis primeros contactos con el mundo del sexo, algo que, debo admitir, al principio me causó ciertos remordimientos y complejo de culpabilidad, pero, con el paso del tiempo, he llegado a asimilar como una experiencia que ha resultado altamente positiva en mi vida y que me ha servido para aportar una mayor experiencia, desde muy joven, en mis relaciones con las mujeres que posteriormente, han formado parte de mi vida en forma de pareja estable u ocasional.Yo, desde muy pequeño y como hijo único, he sido tan mimado como el resto de hijos únicos que conozco, no mas. Mis padres se desvivían conmigo y me colmaban de atenciones y cariño, hasta el punto de incurrir, en algunas cosas, en una defectuosa educación, ya digo, no mas ni peor que la de otros hijos únicos que he conocido.Una de las costumbres que me inculcaron desde mi mas tierna infancia, es acostarme con mis padres en su cama todos los días; muchas noches, si mi padre no estaba, dormía con mi madre y el resto de los días, o bien por la noche, con mi padre, que se acostaba antes que mi madre pues mad**gaba mucho, o bien por la mañana, con mi madre, cuando mi padre desde muy temprano, se marchaba a trabajar, pero todos los días pasaba algún rato en la cama con mis padres con quienes jugaba mucho a falta de hermanos ...
... con quienes compartir estos ratitos.Esta costumbre perduró hasta muy mayor, quizá hasta los 18 ó 20 años, siendo entonces otro tipo de experiencias las que me llevaban a su cama, pues aún disfrutaba mucho pasando un rato de carentoñas con mis progenitores.La experiencia que trato de relatar se remonta a mis 13 ó 14 años, no recuerdo bien, solo sé que cuando se marchaba mi padre a trabajar, sobre las 07:30h de la mañana, yo parecía disponer de un reloj despertador automático y me levantaba de mi cama y me pasaba a la de mi madre, que me recibía con gran alborozo. Yo, en invierno, me acurrucaba muy apretado a ella, hasta que entraba en calor y, a pesar de mi edad, aún jugaba con mi madre como de niño, haciéndonos cosquillas, peleando... etc., aunque también dedicábamos largos ratos a charlar de nuestras cosas.Yo comenzaba a despertar al mundo del sexo y todo me llamaba la atención. Cuando a veces en la cama estábamos un rato entretenidos viendo la televisión del dormitorio, si salía alguna chica en paños menores o alguna escena de cierto contenido sexual, mi madre y yo nos lanzábamos miradas de complicidad y siempre le preguntaba que es lo que hacían, tratando ella de evadir la respuesta con el consabido "ya lo sabrás cuando seas mayor". Yo, entre juegos, trataba de insistir y que me lo explicase, aunque yo ya sabía muchas cosas; pero nada, no había forma, eludía cualquier respuesta comprometida.En nuestros juegos, yo propiciaba las peleas que me ponían en contacto total con mi ...