Una experiencia inesperada (Segunda parte)
Fecha: 26/07/2019,
Categorías:
Gays
Bisexuales
Autor: jag12399, Fuente: CuentoRelatos
... regresar con la memoria a mi primera experiencia sexual, cuando la mujer que me había desvirgado me había pedido lo mismo y me produjo el mismo efecto explosivo: Le ensalive el hoyo y lo mismo hice con mi glande y sin ninguna delicadeza le enterré mi polla que después de tres empujones estaba toda adentro de ella. «Hay coño despacio, me estas desgarrando el alma desgraciado!» Pero yo, embriagado de placer, sin darle escucho y ninguna piedad se lo hundí aún con más fuerza y más profundo. Ella estaba gozando de placer, pero fingía dolor: «Eres un puerco maldito, me estas destrozando el culo, maldito cabron!» En eso yo trate de sacárselo convencido que sus palabras eran reales, pero en eso me grito: «Qué coño estás haciendo puerco? No te atrevas a sacarlo, sigue cogiéndome, dame duro, dame duro!» Era claro que estaba fuera de sí y que el placer la tenía fuera de control. Su lenguaje era más grosero y las palabras de insulto aumentaban cada vez más. Yo empecé a estremecerme y estaba a punto de correrme cuando me grito: «No acabes, coño, no acabes, sígueme dando por el culo, no acabes!» Pero era muy tarde. Después de casi quince minutos de estarla bombeando no pude aguantar más y le inunde el culo con un rio de esperma. «No, puto, que has hecho, te has corrido, desgraciado, me estas dejando con las ganas!» La verdad es que esa ninfómana insaciable era increíble. Empezaba a entender el motivo que la llevaba a buscar ligue con extraños en la forma como lo había hecho conmigo. A esa ...
... mujer era muy difícil satisfacerla! Tuve que terminar mi labor otra vez con mi lengua y solo después que su concha exploto nuevamente de placer pareció calmarse. Y en ese momento, su metamorfosis volvió a manifestarse y con tono educado y amable dijo: «Cariño, eres un portento, eres un macho excepcional, un verdadero semental. Me has hecho gozar como pocas veces, eres fantástico!» Parecía ser otra mujer de la que pocos minutos antes me había maltratado e insultado. Empecé a pensar que esa situación no era muy normal. Ella se levantó y dándome un beso en la boca con sabor a sexo me dijo: «Voy a lavarme y hacer pipí. Luego comemos algo, yo tengo hambre y tú? Hay que recuperar las fuerzas, la noche es joven!» Cenamos y bebimos vino abundantemente. Por petición explicita suya lo hicimos estando completamente desnudos. No que me diera pena, pero la verdad es que me sentía un poco incómodo. Hablamos del mas y del menos, contándonos de nuestros trabajos y vidas privadas, aunque creo que ninguno de los dos dijera toda la verdad hasta el fondo. «Amorcito, volvamos al cuarto para seguir gozando, quieres?» «La verdad es que eres insaciable, nunca he conocido una mujer como tú, eres, única!» «Y eso que todavía no has visto nada, cariño!» Cuando llegamos a la habitación ella encendió algunas luces que iluminaron más el cuarto. Entonces pude distinguir que los objetos en las paredes eran accesorios para la práctica del bondage: Cuerdas, cadenas, látigos, esposas, y además dildos de todos ...