1. A las ordenes de mí mujer


    Fecha: 06/07/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... y junto con su cuerpo, el de un hombre de unos cuarenta y nueve o cincuenta años, que muy probablemente tomara algún extimulante, me excito más que el otro. Pensé que ya tendría tiempo de probarla, pero antes que yo la cerda de Isabel la cataría primero. Efectivamente Isabel, sentada en la alfombra, estiró las piernas y entre las de Diego comenzó a besarle los huevos que eran ciertamente gordos, como puños. El tal Diego estaba buenísimo:sin camisa ofrecía un pecho belludo deseable cien por cien. Caundo estaba preparando las bebidas oí que Isabel me llamó:!maricona¡(eso hizo que se me abriera el culo, me gustó ese trato en aquel momento)ven aquí que tengo una cosa para ti:A lo que contesté:ahora cuando acabe. E inmediatamente oí la voz de Esther:Amador ¡ven inmediatamente aquí¡, se oyó. Lo deje todo y acudí viendo como Diego estaba de pie con los pantalones de seda gris bajados e Isabel de rrodillas se la mamaba. Diego le sujetaba con la mano la mata de pelo que le caía a Isabel por los hombros. Se veía que la muy puta estaba disfrutando de aquella deliciosa polla que ahora brillaba cuando podía verse en toda su plenitud. Diego me miraba y parecía decir:mira que mamada me están haciendo. Yo, aparte la mía de él y fui al otro sofá desde el que Esther me había llamado. De forma soez Esther me preguntó, oye maricón, dile a Carlos desde cuando te gustan los nabos, putita. Que bien te quedan esas bragitas, ¿verdad?, ¿te gustas con ellas puestas?, ¿te sientes comoda?, ¿a que sí?, ...
    ... Mira Carlos, Amador se ha empalmado cuando ha visto la polla de Diego. Inmediatamente Diego me miró y yo agaché la cabeza. No te cortes guarra, me dijo, no te acuerda del otro día cuando te estuve dando por el culo en la cama, parecía que sentías como si te estuviera metiendo una polla de verdad. El culo lo tenías abierto y sudoroso. Por el cabía un bate de beisbol. A continuación, sin esperarlo lo más minimo(parecía que tenía ordenes dadas)Isabel vino hacia mí, me bajó las bragas y comenzó a chuparmela, al tiempo que Esther me decía:ves que polla más pequeñita tienes, la propia de una maricona. Por que tu eres una maricona ¿no?(pregunto mi mujer)e insistió nuevamente con la misma pregunta a lo que le respondí, por fin:SÍ me gustan los hombres pero no he estado con ninguno. Confieso que me gustaría probarlo. A lo que respondió Esther, si eres buena lo probarás. Por eso cuando traigas las bebidas que has dejado sin terminar en la cocina ya veremos. Anda¡ corre y cuanto menos tardes antes podrás saborear la polla de Carlos(me quedé sorprendido, qué pretendía), Carlos no parecía enfadado, como si estuviera acostumbrado a ello, cosa que contradecía lo dicho por Esther en el dormitorio. Cuando entré, nueva sorpresa, ahora Esther, junto Isabel, las dos al unisono deban buena cuenta del miembro de Diego y éste comenzó a quitarle las bragas a Esther, y cuando se las hubo quitado del todo la levantó, (el volvió a sentarse)le dio la vuelta y la sentó sobre su polla que, poco a poco se ...
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