Karina, casada insatisfecha
Fecha: 23/06/2019,
Categorías:
Infidelidad
Dominación
Autor: AJfsbsm88, Fuente: CuentoRelatos
... tus tetas botando a la vez que metes y sacas mi miembro de tu interior? - Ay sigue… - Imagínate que queriendo forzar tu calentura, le digo que quiero pagar con mi tarjeta y que el agarre de mi cartera que está bajo tus bragas chorreadas en la mesilla. - Me encanta- respondiste totalmente entregada a esa perversión, - El tipo cortado, las coge con dos dedos y al hacerlo le llega el aroma a hembra que mana de ellas, Tus gritos y el olor le hacen preguntarme mientras me pasa el bolígrafo: - ¿le importaría apuntar el teléfono de su puta en el recibo? Está muy buena la rubia y se nota que es una zorra dispuesta. Recreándote y todavía con ganas, me pediste que aclarara si te tenía en cuatro o en cambio permanecía tumbada sobre las sábanas en plan misionero. - Misionero, para que disfrute el tipo del vaivén de tus melones mientras te follo Visualizando en tu mente esa imagen, no pudiste evitar preguntarme si me gustaban tus melones: - MUCHO- respondí - Estoy seguro que me enloquecería mamar de ellos mientras te estrujo el culo con mis manos y de tener una foto, me pajearía en tu honor para acto seguido mandarte una imagen con mi pene derramando mi semen sobre ellas. - Sigue, cabronazo... haz que se vaya el camarero. - Soltando una carcajada, firmé la nota sin acceder a sus deseos, pero poniendo en su mano una buena propina. Interrumpiendo tecleaste: - Al verlo salir girándose continuamente para fijar en su retina cómo mis tetas se bambolean sin parar me rio y te insulto diciendo: ...
... Eres un hijo de puta, coge casadas. - Tus insultos me hicieron gracia y por eso te tumbé sobre las sabanas y sin pedirte opinión agarré dos de mis corbatas y te até a la cama con ellas. Muerta de risa y excitada, me preguntaste qué iba a hacerte y cómo iba a seguir abusando de ti: - La indefensión de saber que la puerta seguía abierta de forma que cualquiera que pasara por el pasillo, te vería en pelotas y atada sobre el colchón, te excitó y más cuando me viste llegar del baño con mi maquinilla de afeitar y un bote de espuma en la otra mano. - Cabrón, se va a dar cuenta que me lo he afeitado- protestaste desde el otro lado de la línea. - Haciendo oídos sordos a tu queja, lentamente, esparcí la espuma por tu vagina y mientras acariciaba tu clítoris mojado, susurré en tu oído: -Te voy a afeitar ese coño peludo que tienes. A ver que le dices a tu marido cuando vea que lo tienes depilado como una puta. - Me pones a cien- confirmaste. Sabiendo que no podía dejar que te enfriaras, proseguí; - Cogiendo la rasuradora comencé a retirar el antiestético pelo púbico de tu vagina. Cada vez que retiraba una porción de la crema de tu piel y con ello, una parte del bosque que cubría tu vagina, te daba un lametazo consolador sobre la fracción afectada. - Dime que te caliento... cabrón... No mentí al contestar: - Tengo mi verga tiesa al pensar en tu vagina. Me excitas putita. Al leer que confirmaba lo que para mí era evidente me pediste que continuara. - Poco a poco, las maniobras sobre tu ...