1. ¿Te mola mi trabuco?


    Fecha: 23/06/2019, Categorías: Gays Erotismo y Amor Autor: Elegos, Fuente: CuentoRelatos

    Como tantas otras veces desde el segundo ya se oía la bronca de mis vecinos del cuarto. Es otra de las ventajas de no tener ascensor y vivir en un cuarto, que te quita un poco la sorpresa. Era algo normal, las broncas, digo. Son una familia de esas con 7 hijos o más en un piso de unos 70m2. Igual que el mío y yo lo veo pequeño. No sé ni cómo no se habían matado ya entre ellos. Y no eran una de esas familias súper simpáticas o cariñosas de las que salen en la tele, ¡qué va! Estos estaban de broncas todos los días. Ni el padre ni la madre trabajaban, vivían de las ayudas sociales y a la hora de ir al colegio solo hacían que salir niños por la puerta. El mayor de los hijos tendría unos 18 o 19, creo que era de otro matrimonio anterior de la madre, o así, porque se llevaba bastantes años con toda la demás prole. Y era con el que más brocas había. Al llegar al rellano el panorama era de película. El padre en la puerta gritando como un energúmeno, la madre detrás de él llorando y gritando —no se le entendía nada de lo que decía— y en el rellano, solo tapado con una toalla y medio enjabonado el mayor de los hijos, que no paraba de insultar a su padrastro, —puto, mediamierda, amargao, vago, que no vales pa na, desgraciao, ruina que eres una ruina— Creo que estaban discutiendo porque se había acabado el agua caliente a la mitad y no había dinero para el gas o algo así, no sé. El padrastro lanzó un puñetazo que no le dio por los pelos y arrastrando de los pelos a la madre cerró la ...
     puerta de golpe, dejando al niñato allí plantado, mojado, tiritando de frio y rabia y solo tapado con una toalla rodeándole la cintura. Al darse la vuelta casi me arroya. Me tuve que agarrar a la barandilla para no caer. Y solo dijo un —¡y tú qué! ¡Quita! No le hice mucho caso, le dije que pasase a casa y que acabara de ducharse y vería a ver si tenía algo de ropa que ponerse. Levantó la vista y me miró a los ojos y su expresión se relajó. Pasó del modo ataque al modo persona, ¡menuda fierecilla! Lo hice pasar al cuarto de baño y le indiqué cómo funcionaba la ducha y cuál era el champú, cuál el gel y cuál el suavizante… al girarme había dejado caer la toalla y estaba totalmente desnudo. Jamás había visto una polla como aquella, mediría unos 22cm y no estaba dura del todo, solo algo morcillona por el frio. El niñato tenía un cuerpo perfecto, músculos marcaditos, sin exagerar, ni un pelo en todo su cuerpo, por no tener no tenía ni barba. Muslos bien torneados, abdominales marcaditos y un culo redondito y respingón. Lo que se dice todo un efebo. Mediría lo mismo que yo sobre 1,80 y era moreno. También me fijé que tenía las uñas de los pies de un tamaño descomunal, largas a más no poder, debería hacer siglos que no las cortaba. Se me escapó un —¡Coño! A lo que él respondió con una media sonrisa, —¡Qué! Te mola mi trabuco, ¿eh? —¿Cuánto hace que no te cortas las uñas de los pies? —¿el qué? —que como no te cortes las uñas de los pies vas a coger una infección o algo —Qué pasa que eres ...
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