1. Agencia inmobiliaria


    Fecha: 16/06/2019, Categorías: Infidelidad Autor: ivana.cd, Fuente: RelatosEróticos

    ... dicho que me enrollaría con un hombre maduro, hubiera pensado que estaban locas. Nos sentamos en la mesa de la cocina, esperando a mis clientes con el aroma a café envolviéndonos y charlamos entretenidamente por un largo rato. Definitivamente no soy una mujer lanzada, supongo que porque fuera de mi marido, no encontré a nadie que me motivara, pero justamente ese día algo estaba pasando en esa charla. No puedo decir si fue la melancolía del día, lo agradable de su charla o su encantadora sonrisa, pero sentí cierta conexión entre nosotros. Noté como se fijaba en mí aspecto furtivamente, cosa que me halagó muchísimo, haciéndome sentir muy bien. Además, se notaba que realmente disfrutaba hablar conmigo. Después de charlar por varios minutos, sentí mi celular sonar y respondí inmediatamente al ver que eran mis clientes. Habían cancelado la cita y toda la espera se había vuelto inútil. Le comenté a Adolfo, que sólo se encogió de hombros, y con una expresión despreocupada me dijo que no importaba, que la había pasado bien conmigo disfrutando ese momento. Me sentí tan bien con su comentario que me ruboricé ligeramente. Decidí que no quería terminar ese momento y en un intento de hacerlo perdurar un poco más, le ofrecí otra taza de café, que aceptó amablemente. Casi sin darme cuenta, la situación que en principio había sido un intento de dar un esquinazo al aburrimiento, había pasado a ser un flirteo inconsciente, pero en el que me estaba involucrando poco a poco. Mi amigo empezó a ...
    ... pasearse lentamente de un lado a otro en la cocina, con su café en la mano. Cada vez que coincidía conmigo me miraba primero abajo y luego directamente a la cara. Sé que yo iba muy atractiva. Vestía un chaquetón marrón, con una camisa blanca que dejaba traslucir un corpiño negro, unos vaqueros ajustados, unas botas por encima de la rodilla y algo de tacón. Estoy segura que le gustó mi look y en algunas de sus miradas le sorprendí mirando discretamente mis caderas, mi pubis y mis pechos, intentando encontrar algo más detrás de las transparencias de mi camisa. Una de las veces que me miró, le sonreí discretamente y él me respondió de la misma manera. Cada vez que sus ojos se cruzaban con los míos, nos mirábamos intensamente y nos sonreíamos de forma muy suave, como si intentáramos ocultar lo que nos estaba pasando. Tratábamos que no fuera evidente, pero nada podía ocultar el deseo que experimentábamos. Me puse algo nerviosa y comencé a preguntarle cosas del trabajo que yo sabía de sobra, en un intento de evitar que él se diera cuenta de mi confusión. Contestaba de forma cordial y segura, lo que lo hizo aún más atractivo para mí. En esa tarde, su voz sonaba varonil y transmitía una energía fuerte y envolvente. Algo dentro mío me decía que deseaba terminar líandome con él. Como teníamos tiempo, comenzamos a pasear por la casa mientras seguíamos hablando. En un momento, nos detuvimos distraídamente y, enfrentados, continuamos charlando. No había ningún sonido en la casa, sólo el ...