Busco madura (4): Señora N.
Fecha: 10/06/2019,
Categorías:
Sexo con Maduras
Sexo en Grupo
Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos
... sensaciones contrapuestas, el shock eléctrico de sus nervios y tendones recorren su cuerpo, vuelve sacudirse, convulsionar, la vagina parece un dragón que me quiere comer con su boca de fuego, se frota contra mis dientes, mi lengua, presiona mis labios; más empinada apoya el clítoris para estrujarlo en mí. En plena convulsión, introduje el pulgar, enjugado, en el ano. El golpe de efecto la derriba de su vuelo astral, sus ojos bien abiertos interrogan, asombro, decepción y desconcierto, suspendido el vuelo triunfal por el dedo inoportuno. No es novata, sabe la importancia del dedo pulgar, dejó su zona de confort para complacerme, entregarse al dominio de su señor, aceptar las reglas que el señor le impone: disfrutar cuando el señor lo dispone. Cambiamos, me siento en la butaca, ella se encarama en los apoyabrazos, se inclina para acomodarse la verga en su conchita. La posición tan vulnerable y súper húmeda, que se dejó caer y se la entró toda, hasta quedar con los pendejos pegados en el mismo mar. Entendió el juego, ella debe hacerme viajar al mundo del placer. Elevarse con mis manos en sus nalgas y dejarse caer, empalada hasta la base del pene. La vagina rebosa de jugos, en el vaivén del subibaja, se escurren por el tronco de la verga hasta pegarnos en el vello púbico. Nos puedo sustraerme al deseo, moverme, elevo la pelvis para bombearme dentro de ella, intenso y febril agitarme dentro de su sexo, persiste en apretar el miembro entre sus entrenados músculos vaginales, me ...
... siento gemir, inaudible y ahogado, indicios de que va por el buen camino. El vaivén del coito la pone ansiosa e incómoda, baja para acomodarse bien la verga en su interior, inclinándose hacia adelante, los pechos fuera del soutién fregados en mi rostro, mis manos asidas a los apoyabrazos dan sustento firmeza para que ella pueda evolucionar y acomodar su culo ligeramente hacia arriba y en ángulo tal que puede apretar y hacer tracción en la verga. Va alternando los giros lentos de las caderas y balanceo hacia atrás y adelante. Me está dando un garche de película, se me escapan esos gemidos que pretendo disimular como suspiros, para obligarla a exigirse en la puja por conseguir el disfrute de su señor. Lucha, se debate y esfuerza por la fe que la empecina por conseguir llevarme al paraíso, resbalando hacia atrás y hacia adelante, con la pija pivoteando dentro de sí, acompañando el movimiento de su pelvis, ejecutando un “solo” concha a todo dar. Su postura ofrece el ángulo justo para estrujarle los pechos, exprimir en las palmas mientras con el pulgar e índice aprieto fuertemente los pezones. Comienza a gemir sin dejar de agitarse, prioriza el trabajo con su hombre mientras deja correr dentro suyo las sensaciones de su propio orgasmo, entrega esos latidos como ofrenda al señor que la posee. Totalmente vulnerable, entregada, desaforada, húmeda y dispuesta, entregada. La eyaculación se produce cuando el de ella esta menguando los latidos, los chorros de semen se disparan, gruesos y ...