1. Busco madura (4): Señora N.


    Fecha: 10/06/2019, Categorías: Sexo con Maduras Sexo en Grupo Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    En un relato escribí:“Busco madura. Si estás dispuesta a investigar, experimentar, satisfacer y dejarte satisfacer en deseos y fantasías, estoy esperándote para darte tu lugar”. La señora N encontró su lugar en la búsqueda, con su permiso, recreo esos momentos en el presente relato… La señora N, respondió a la búsqueda de Nazareno Cruz, primero un escueto mail diciendo que me había leído y que le interesaba la propuesta, como era de Buenos Aires, todo se simplifica. Un par de mensajes y unos llamados previos al encuentro, compartir un café y una copa, sin promesas ni compromisos, quedamos en que si le había agradado la propuesta y se sentía cómoda, le dejaba el tiempo suficiente para responder, que lo evaluara e hiciera lo que más y mejor le agrade. Dos días después recibí su llamado aceptando y acordando tiempo y forma para un encuentro con la comodidad del tiempo libre y la disponibilidad de… lo que surja. Entendiendo lo coqueta y presumida que se veía, lo cual me agrada mucho, le propuse que jugáramos el juego del amo y la sumisa, acordó encantadísima, y me parece que puso en marcha el reloj de sus fantasías. Llegó el momento, para comenzarlo dije que le enviaría un auto para recogerla. Sonó el timbre del apartamento, y la señora N ingresó en él, ahora comienza el juego y el relato. Es tiempo de poner orden, de que sepas y comprendas quien tiene el mando, en adelante seré tu señor y tú la putita. Debes aprender a jugar tu rol de putita y sumisa, mis gestos serán suficiente ...
    ... para que entiendas tus obligaciones, desde ahora serás… - Su putita, señor. –dilo más fuerte, con más ganas! - Su putita SEÑOR. - Así está mejor… Le indico con un gesto que tome asiento en una butaca, que tenía preparada, tapizada en gamuza roja, las piernas juntas y las manos sobre el regazo, mostrando actitud austera, de alumna de instituto religioso esperando un correctivo del director. La miro, sonrío, palmeo el brazo de la silla, no necesito repetir la orden, ella entiende lo que espero. Levantó las piernas una en cada brazo de la silla, se recuesta sacando el culo bien hacia adelante, los ojos bien abiertos, atenta al menor gesto. Indiqué que deslice el trasero más al borde. Me arrodillo entre sus piernas, descalzo su pie izquierdo y comienzo a masajear la planta con los pulgares, tengo en claro el efecto sedante y seductor, recorriendo la planta hacia arriba y hacia abajo, luego los acaricio los dedos, volverá bajar a la planta y nuevamente subir a los dedos, por cada uno, separarlos y explorar con caricias el espacio intermedio. Se deja estar en mis dominios, la siento concentrada en cada caricia, en cada roce, cerró los ojos para sentir la intensidad del beso en su pie, chupar y lamer cada dedo, en movimientos circulares, produce divina sensación de confort físico y placer que asciende a la sensación de erótico deleite. Solo la mujer que ha recibido este tipo de masaje podrá comprender esa sensación inexplicable de erotismo que la identificó con un viaje al paraíso, ...
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