Fin de Semana
Fecha: 02/11/2017,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
Antes de empezar, quiero dejar claro que ni mi esposo ni yo, habíamos tenido la intención, o siquiera la conversación de hacer un intercambio antes de estas vacaciones. Hemos estado casados 10 años y tenemos dos hijos. Como la mayoría de las parejas con familia, después de unas vacaciones con los niños, no queda tiempo ni dinero para intimar. Así que no hemos podido planear ni un fin de semana los dos solos. Nuestros vecinos de 5 años, Pedro y Tina estaban en la misma situación de nosotros, también con dos hijos y un presupuesto limitado. Pedro, Tina, Miguel y yo habíamos estrechado nuestra amistad con los años, con hijos de la misma edad y viviendo en la casa contigua, disfrutamos juntos en muchas ocasiones de barbacoas, cenas en restaurantes, obras de teatro, etc. Son una pareja formidable con gustos similares a los nuestros. Ellos son un poco mas extrovertidos que nosotros, Tina me platicó que visitaban campos nudistas antes de que tuvieran familia. Nunca hubo entre nosotros nada sexual, aparte de algunas bromas oportunas. Un día recibí una llamada de Tina, diciéndome que a Pedro le habían ofrecido un fin de semana en una casa junto a la playa. Ésta pertenecía a un cliente de él que evidentemente estaba forrado de billetes. Me preguntó si los acompañábamos, ya que el viaje no sería caro y ellos sabía cuanto deseábamos nosotros pasar un tiempo sin los niños. Me sentía un poco incómoda, pero ella insistió, diciendo que podríamos compartir los gastos del viaje y luego ...
... comprar comestibles y turnarnos cocinando, para no tener que cenar fuera todas las noches. Le dije que lo consultaría con Miguel y le hablaría. La reacción de mi marido fue: "¡Seguro, será formidable!" lo pensé mucho y llegué a la conclusión de que no era problema. Llamé a Tina y le dije que nos encantaría ir con ellos, aunque yo tenía mis dudas al día siguiente, porque tanto Pedro como Tina son mas lanzados que nosotros, tanto para beber como para experimentar cosas nuevas, pero consideré que eso no había sido problema antes. El día llegó y salimos al amanecer, viajamos cerca de 9 horas y al llegar encontramos una casita muy agradable. No era nada especial vista desde el frente, pero daba a la playa y el patio trasero era grande, con asador, Jacuzzi, una ducha exterior y muchas sillas reclinables para descansar. Tina y yo pusimos sábanas limpias en las camas y limpiamos el baño, mientras los hombres buscaban comida en el mercado local. Cuando ellos regresaron, guardamos todo y cuando terminamos estábamos cansados y hambrientos. Salimos a comer algo rápido y luego paramos en un bar pues los hombres deseaban una cerveza fría. Cuando regresamos a la casa caímos rendidos. Cuando despertamos, nos encontramos con que Pedro se había levantado temprano, preparado el café y salido a explorar los alrededores. Regresó pronto a platicarnos de la playa, el paisaje y la privacidad. Terminó diciéndole a Tina que el lugar estaba perfecto para nadar desnudos, algo que no habían hecho en años. No ...