1. Daniela mi prima, una pasión prohibida


    Fecha: 29/05/2019, Categorías: Incesto Erotismo y Amor Autor: Incester, Fuente: CuentoRelatos

    ... honestamente pensé que se iba sobar, pero no! Metió su mano en la abertura de mi pijama, como si fuera un bolsillo y bruscamente sacó a mi amigo, dirigió la otra mano en su ayuda y sostuvo mi pieza con las dos manos... Empezó a jugar con ella, se sentía tan húmedo, tan rico, era un masaje! Y solo se refregaba sobre la base del riel, como una bruja que monta su escoba. Su mirada de admiración hacia mi miembro me llenaba de satisfacción, me miró directo a los ojos y decidida se inclinó y quedando de rodillas dijo: “quiero intentarlo!”. Mi cuerpo empezó a hervir nuevamente; estiró su mano por detrás y la tomó dirigiendo el cuchillo candente hacia dentro suyo, bajaba lento... Despacio, yo tomaba los extremos de la cama y junto con las sabanas las estrujaba, era una tortura. Gemía con dolor y con uñas y dedos me estrujaba a mi el pecho. Y se detuvo... Sentí que faltaba mucho y pensé... Es virgen! Escalofríos fue lo que sentí al concluirlo. Entonces empecé a moverme dentro suyo, le dije comprensivamente: “Esta bien, no vamos a pasar de ahí!” Frustrada se levantó un poco y se dejó caer con fuerza, ese berrinche, trajo una zincelazo a la punta de mi miembro, un dolor... un quejido de dolor agudo y corto expresó ella... Reaccione ante tal sacrificio y la tome entre mis brazos ...
    ... firmemente, le dije: “Nooo!” Suplicándole, pero no había vuelta de hoja. Calor carmesí dentro suyo, intente retirarme de ahí dentro, tanta presión me exprimía... empecé a ser testigo de su dolor. De pronto de mi alma surgió un vaivén dentro suyo tratando de aliviar su sufrimiento, entre gemidos le brotaron lágrimas, me detuve... dudaba en seguir... Exclamó: “No pares! Si paras me duele!”. Se humedecía aún más... Y más... Y enloquecí de nuevo... Me subí a su viaje de placer, y tomando su cintura la abrazaba enterrándome aún más. Me dolía el glande, pero su deleite importaba más... Empezó a retorcerse encima de mí, su piel se puso como de gallina, y su vagina comenzó a contraerse como robándome para sí, su bello cuerpo se puso tenso... pensamiento de orgullo y satisfacción sentía que torné mis movimientos de suaves a duros y precisos... Y nuevamente en un orgasmo sin fin... Eyacule con dolor, dolor mismo que se fusionó con placer, la vida se me iba en cada espasmo... Regresando de tal dimensión desconocida, nos vimos un charco de fluidos, colores muy escandalosos, ilustrando un sacrificio, uno bastante atesorado hasta el final de mis días diría yo. Deseché las sabanas, gire el colchón. Hicimos muchas cosas a escondidas y a veces muy obvias, pero esas las contare en otro momento. 
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