Buenas compañeras
Fecha: 21/05/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Rober XL, Fuente: CuentoRelatos
... al tiempo que le miraba con descaro su abultado paquete. –“Uy, sí. Sí que me hago una idea de cuánto te gustaría”. Nos reímos un montón. Había muy buen rollo y confianza entre los dos, eso me fue haciendo poco a poco ir bajando la guardia. A parte, me lo estaba pasando genial jugando con él a la gata y el ratón. De alguna forma, me sentía con ventaja. Era extraño, me comportaba como si conociera a Róber de toda la vida cuando en realidad, le estaba conociendo entre aquellas palabras y miradas con las que íbamos tejiendo una hermosa complicidad. Era curioso que todo lo que me contaba me resultaba interesante y sorprendente. Me confesó que él también tenía novia, lo cual ayudo a dejar atrás mi sensación de desvergüenza, al fin y al cabo por alguna extraño razón la vida nos había conducido allí solamente a nosotros dos. Me dijo que trabajaba de profesor en un instituto de secundaria de “difícil desempeño”, lo cual no entendí. Me detalló que era un instituto problemático, con un montón de alumnos gitanos, magrebíes, negros y sudamericanos que se llevaban a matar unos con otros. Me relató un montón de anécdotas increíbles que les ocurren a los profesores hoy día. Adolescentes agresivas con tres o cuatro novios cada curso, los primeros porros, la locura de los teléfonos de última generación, profesores casados que se acuestan con las interinas que van pasando por el centro… La verdad es que Róber no sólo me hizo ver cómo van las cosas en educación, si no también entender porque ...
... van así. Era un chico muy entregado en su trabajo, amante de la música, tan crítico en el hablar como elegante en el vestir, que “necesitaba” hacer deporte y bien que se notaba, y tan joven como aparentaba, 26, es decir 9 añitos menos que yo. ¡¡Qué barbaridad!! -“… oye y, ¿qué más te ha contado Vero que hemos hecho?” Le pregunte, deseando saber hasta dónde había largado mi compañera. -“Bueno, yo creo que me ha tomado el pelo, ya sabes cómo es…, un montón de tonterías, lo mejor de todo, que todas os habéis quitado las bragas antes de salir" Me dijo innecesariamente cerca de mí, pues hacía rato que nos habíamos ido a un rincón cerca de la puerta de salida, donde se podía hablar sin tener que gritar. ¡¡Sin bragas!! Joder con Vero… pensé. A decir verdad, aquella alternancia de Róber entre hablarme casi rozando la comisura de mi boca unas veces y sentir su aliento en mi oído otras, desordenaba totalmente mi conciencia. -“…y, ¿por qué piensas que te ha tomado el pelo? Es qué me ves mayor para salir sin bragas” Le dije yo en un cómico tono de disgusto. - "No sé, no puede ser verdad" Dijo para provocarme. Tomé un trago, en ese momento pude ver el anillo en mi anular. Él también lo vio, me acordé de nuevo de mi marido, pero el cuerpo me estaba pidiendo diversión a gritos. Hasta entonces me regocijaba en aquel juego con Róber, me sentía deseada y tampoco es que hubiese ocurrido nada malo. Un poco más, quiero llevar esto un poco más lejos, pensé para mí, en cuanto me sienta mal lo mando a ...