1. Buenas compañeras


    Fecha: 21/05/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Rober XL, Fuente: CuentoRelatos

    Una sugerencia, también para otros relatos con clase: Colocad el portátil en el suelo, y caldear la temperatura de la sala Haced que ella se tumbe sobre una superficie mullida y cálida Colocar loción infantil cerca Indicarle que valla leyendo mientras le vais dando un masaje desde los dedos de los pies a la nuca Cuando el desenlace del relato se acerque centrar vuestras caricias en su… ********************* El buen tiempo se acercaba, los días de vacaciones ya habían sido repartidos en la empresa por el jefe, que casualmente es mi marido. Nosotras, por nuestra cuenta y riesgo habíamos decidido pasar un fin de semana juntas, sin maridos ni novios, antes de que comenzasen los turnos de vacaciones. He de confesar que más bien, “lo habían decidido ellas”, porque a mí no me hacía mucha gracia. En realidad soy la única de las cuatro compañeras que está casada, y con una hija, pero claro quién puede negarse en estos casos. Por culpa o más con excusa de mi maternidad, ya aprovechaban para dejarme de lado la mayor parte de las muchas ocasiones en que quedaban para cenar o salir por ahí. Además, sí, soy su jefa de sección, mi marido es el gerente de la empresa, y aunque las entiendo, yo no tengo la culpa de que para alcanzar los objetivos anuales tengamos que echar horas extras a un precio ridículo, ni de que por convenio sólo podamos elegir la fecha de un tercio de nuestras vacaciones. El caso es que allí estábamos las cuatro en el coche rumbo a San Juan. Pasaríamos el fin de semana ...
    ... en el apartamento de los padres de Miriam, la menor de las cuatro. Para que os situéis os diré que somos cuatro compañeras de trabajo y que, aunque trabajamos para una multinacional, en la delegación de nuestra ciudad apenas somos una veintena de trabajadores de las que tan sólo cuatro somos mujeres. Miriam es la menor de todas, tiene 27 añitos y novio formal, según dice ella, es joven, rubia, atractiva y bastante ingenua. Luego está Verónica, o Vero como ella prefiere que la llamemos, de 31 años, morena y que siempre está libre, vamos, que cada lunes presume del ligue del fin de semana. Yo diría que hasta puede que sea bisexual, y bueno, concretamente creo que le gustaría montárselo con la inocente Miriam. Después estoy yo, Montse, de 35 años, que llevo varios años casada con el hombre de mi vida, quien además fuera mi primer novio formal. Por eso, y por haber recibido una educación muy religiosa nunca podía entender las patéticas historias de “mujer emancipada” que contaba Vero. Creo que algunas hasta se las inventaba. Después estaba Marisa, separada o divorciada, no sé. Nunca hablaba de ello, me da que tuvo que ir al psicólogo para superarlo. De 42 años, siempre iba un poco ajena al grupo, supongo que por la diferencia de edad y de escarmientos que la distanciaban de las conversaciones diarias. Las demás siempre intentábamos que no se sintiera desplazada. Nada más llegar nos acomodamos en el apartamento, era pequeño, únicamente tenía una habitación. Sí, una sola habitación ...
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