1. Cumplí su fantasía a Ariadna, casada


    Fecha: 07/05/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: SexoSinTabues

    ... vi como se movían sus nalgas, me volvía loca esa mujer. Cuando regreso, traía la mano derecha cerrada como un puño y me dijo - Ten, es una locura esto que hago. Puso en mi mano lo que era una pequeña tanga de hilo dental, muy pequeña. - ¿Cómo te sientes Ariadna? Le pregunte. - Me siento extraña, nunca había hecho esto pero me gusta, es algo nuevo. Te acercaste a su cuello y lo besaste, le dijiste al oído, ¿te sientes putita? Y metiste tu mano debajo del vestido, a tocar su intimidad. Ella se estremeció. Tome su mano y la puse sobre mi verga, sola la movió y froto mi pene encima del pantalón. Ya era mía. Metí mi mano debajo de su vestido, toque su panochita y la sentí húmeda. Ella se estremeció. A mi pregunta respondió. - Sí, me siento putita, mamá. Se sonrojo Viendo que había avanzado, seguí besándole el cuello, mi mano ya tocaba directamente su panochita peladita, con vello recortado, puse un dedo en sus labios vaginales y frote. Estaba empapada, lo metí poco a poco, empecé el mete y saca de mi dedo, su cara era un poema, ella intentaba que no se notara su excitación. Se volteo y me dijo. - Vámonos de aquí. - ¿A dónde? Quise ponerle a prueba. - A donde quieras, me respondió. Pague la cuenta y salimos, no nos tomamos de la mano para no despertar sospechas o que alguien pudiera vernos. Llegamos al estacionamiento, le abrí la puerta de mi auto y subió. Me subí por el otro lado. Apenas me había subido y se me lanzó a besarme, eso no me lo esperaba. Me encamine a un hotel, de ...
    ... vez en cuando metía mi mano entre su vestido y la masturbaba. Ella acariciaba mi verga sobre el pantalón y me decía. - Me tienes bien caliente. Llegamos a un motel, pedí la habitación y entramos en una especie de cochera con cortina, la cerré y le abrí la puerta a ella. Al bajar, la tome y la bese, nuestras lenguas parecían un par de serpientes. Ahí mismo en la cochera, sentada en el asiento del auto, con la puerta abierta, subí su vestido y abrí sus piernas para darle sexo oral. No se lo esperaba, empezó a gemir, casi a gritar, se contenía. La tome de la mano y entramos en la habitación, no había vuelta atrás, Ariadna cumpliría su fantasía. Adentro, la recargue sobre una de las paredes, dándome la espalda, con sus brazos abiertos por encima de los hombros, su vestido sobre la cintura. Manosee sus pechos por encima del vestido, oh sorpresa, no traía sostén, eso no me lo esperaba, sentí sus pezones duros, en punta. Fui bajando y separe sus nalgas, besándolas, metiendo mi cara entre ellas y pasando mi lengua por su culito para continuar hasta su vagina, Ariadna ya no era la mujer casada, era la puta que quería ser, gozaba, bramaba, gemía, gritaba. La lleve a la cama y le quite su vestido, era la única prenda que traía. Mientras la observaba con las piernas abiertas mostrándome toda su vagina, empecé a desnudarme. Acerco mi cara a su vagina, le beso por sus costados sin llegar a ella, hasta que al fin poso mi lengua en sus labios menores, se estremece, yo ya no aguanto, tengo la ...