Puppy-Sistter
Fecha: 07/05/2019,
Categorías:
Zoofilia
Autor: Key-Q, Fuente: SexoSinTabues
Una jovencita buscando conseguir dinero para poder salir de vacaciones se le ocurre darselas de cuidadora de perros. Lean lo que le pasa..... Tenía yo 16 años y ese verano quería juntar dinero para irme con un grupo de amigas de vacaciones a mochilear, pues mis padres por no decirme que no cuando les pedí permiso, me dijeron que si pero que no me darían dinero ya que preferían que saliera con ellos. Por lo que me propuse trabajar un poco para poder ir con mis amigas con algo de plata en los bolsillos, y contaba con unas seis semanas antes de la fecha acordada para lograr mi objetivo. Somos una familia relativamente acomodada y a papá no le costaba nada meterse la mano al bolsillo pasándome lo suficiente para asegurarse que no pasara pellejerías en esta aventura. Estaban seguros que desistiría al no tener medios, pero por lo obstinada que soy decidí no darles en el gusto y de una u otra manera conseguiría lo que necesitaba. Topándome con el inconveniente de que por ser menor de edad no obtendría trabajo sin la autorización de mis padres, y de ser así creo que solo podría ser en locales de comida rápida, en donde pagan una miseria. , diciéndome en mi mente que prefería prostituirme y por solo un par de horas en el día ganarme unos buenos billetes. En realidad me hubiese atrevido a aquello pues pese a ser virgen aún, no me privaba de unas buenas masturbadas con los consoladores de mamá, que sabía bien donde los mantenía escondidos. Pero me daba miedo no conocer la posible ...
... mentalidad del desconocido que me pudiese tocar y guardando esa alternativa como última opción si es que no se me ocurría nada más. Resultando que una mañana en que saqué a pasear a nuestra perra Doly, una San Bernardo de 4 años, noté que muchos de nuestros vecinos tenían perros y los sacaban en ese horario u otros, pues siempre que andaba en la calle me topaba con alguien ejercitando a su mascota. Y sabiendo que varios de ellos pronto saldrían de vacaciones, se me ocurrió la genial idea de ofrecerme de cuidadora de perritos. "Puppy Sister" diría mi tarjeta de presentación y comencé a diseñarla indicando mi dirección, teléfono y que debían dejar las llaves de su casa para alimentar y sacar a pasear a sus canes. Las imprimí en cartulina y a todo color, repartiéndolas por mano a los vecinos más conocidos y bajo la puerta al resto, completé nueve manzanas a la redonda incluida la de mi casa anunciando mi negocio. Comenzando a sonar muy pronto mi teléfono sin saber yo cuanto cobrar por este servicio, teniendo que preguntarle a mis mismos clientes que cuanto habían pagado anteriormente y ofreciéndoles un mejor servicio, o que cuanto es lo que esperaban pagar. Si bien era un trabajo con una alta responsabilidad, no encontraba que fuera difícil y cualquier dinero se sumaría a la canasta de mis vacaciones. Fueron tantos los interesados que tuve que rechazar a los que me requerían durante los 10 días que duraría mi paseo, y de inmediato comencé a organizarme con los horarios de alimentación ...