Puede hacerse realidad
Fecha: 02/05/2019,
Categorías:
Zoofilia
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... en cualquier momento iba a romper su ligadura o a arrastrar el tronco al que esta atado. Tengo que levantarme a tranquilizarlo - Le pedí con voz temblorosa. No querrás soltarlo... No, no, es que si no voy, va a terminar rompiendo la correa. Si lo sueltas, te acordarás de mí. Sé quién eres y donde tienen tus padres la casa. No, no lo soltaré. Era tal mi acongojo que ni siquiera se me pasó por la cabeza soltar a Max, que habría anulado al individuo con solo saltar sobre él, cuanto más si le hubiera atacado. Me acerqué a Max y con no poco esfuerzo, conseguí calmarlo con lo que quedó echado nuevamente a la sombra. Ahora ven aquí. Me ordenó mientras recogía mi toalla del suelo. Me acerqué al hombre temerosamente y cuando estuve a su alcance, me volvió a coger con fuerza del brazo y me tiró de mí. Ahora el buen rato, me lo vas a hacer pasar a mí. Me llevó con cautela para no volver a enfadar a Max, girando alrededor de la pila de troncos hasta un punto fuera de su vista y tiró la toalla en el suelo. Extiéndela. Me ordenó mientras tiraba de mí hacia abajo. Obedecí y me arrodillé pero él siguió tirando de mí hasta que estaba totalmente tendido boca arriba. Él se arrodilló al lado izquierdo de mi cara. Ahora me la vas a comer a mí como se la comes a tu perro. Dijo mientras me sujetaba el cuello con su mano izquierda mientras que la derecha se la introducía en su entrepierna. Cuando sacó, lo hizo de un golpe llevando cogida una polla gorda y larga entre sus dedos pulgar e índice y los ...
... testículos entre los otros dedos. Tenía unos testículos enormes y cipote flácido pero muy grueso, terminado en un enorme capullo todo ello de una piel muy oscura. Sujetando su paquete con la mano, me estrelló mi cara contra él y comenzó a presionarlo contra mi boca. Chupa. Me ordenó entre dientes mientras oprimía mi cara contra su polla. Yo estaba muy asustado y sorprendido pues todo había sucedido tan deprisa que casi no me había dado cuenta. Vinieron a mi cabeza los recuerdos de aquellas chicas y chicos que disfrutaban lamiendo aquellas enormes pollas y la curiosidad y el deseo que despertaban en mí. Estaba tendido desnudo al sol de la tarde, boca arriba ligeramente de medio lado, apoyado sobre mi codo izquierdo y aquel hombre restregaba su paquete entre mis labios repitiéndome insistentemente que abriera la boca. Tuve que apoyarme sobre su cintura con mi mano derecha para que no me girara completamente y no me asfixiara pues su paquete tapaba hasta mi nariz. Estaba muy excitado por aquel olor fuerte a mezcla de sudor y orín. Mi lengua viciosa quiso probar el sabor de aquel enorme pedazo de carne y se deslizó entre mis labios, lo que originó que, debido a la presión, aquella polla se introdujera en mi boca hasta los dedos que la sujetaban, llenándomela completamente. Ves como la querías chupar. Me dijo al notar que me la había metido. No pude por menos que reconocer que tenía razón y empecé a rodearla con mi lengua mientras él producía en mi cabeza movimientos de vaivén que ...