1. Sexo con una lectora. Experiencia anal para repetir


    Fecha: 31/03/2019, Categorías: Sexo con Maduras Anal Autor: Nazareno Cruz, Fuente: CuentoRelatos

    ... fijado pasé por ella, era toda una revelación, de buen aspecto, elegante y discreta, y sobre todo simpática, la diferencia de tener dos décadas menos no era algo que se notara, sobre todo en el trato y la vitalidad. La breve conversación en el auto bastó para acordar que para que ella conserve la privacidad del encuentro le propuse ir a un hotel y tomarnos el café propuesto. Siempre con la sana intención de ver la posibilidad de tener sexo, pues desde los primeros diálogos había hecho despertar el deseo, ahora tenerla de cuerpo presente, al alcance de la mano no era cosa de perder la oportunidad. La desinhibición manifestada en nuestras charlas se esfumaba en el contacto directo, necesité apelar a mis habilidades de seducción para que accediera a tomarnos el café en un cuarto de hotel. Le aseguraba, como es habitual en estos casos, “no parará nada que no quieras”, son una de esas mentiras de estilo, cuando en realidad queremos que pase todo y más. Mientras esperábamos el café, nos fuimos poniéndonos cómodos, los zapatos, y hasta la camisa sobran cuando puedes tomarlo recostado contra la cabecera de la cama. Durante el café era tiempo de estudiar al compañero, pensar en el paso siguiente. De pronto nos encontramos mirándonos, las bocas cercanas, los labios se tocan, el abrazo y el beso profundo, de lengua inquieta buceando en la boca del otro crea el clima adecuado para sucumbir a la tentación de ir por más. El control de luces estaba cercano, bajarla a penumbra era la ...
    ... forma sutil de motivar la desnudez. Nos soltamos solo para desnudarnos. No buscábamos un romance, solo buscamos tener sexo sin emoción, es decir solo sexo sin complicaciones, una relación de adultos, que sienten el erotismo y la lujuria sexual como el componente vital que motoriza la existencia. “Celia es una mujer que sabía cómo decir sí, yo un hombre que no sabía cómo decir que no” Leyó y sintió que podía estar hablando de ella, por eso me contactó, ahora estamos en la misma cama, desnudos tocándonos, deseándonos. Ella con todas las ganas y con todas las indecisiones de su primera vez con otro hombre, yo con las ganas de ser su primer otro hombre. Comencé a besarle el cuello, a dejarla sentir el deseo lamiendo su piel, apretando sus pechos, lamiendo y succionando sus pezones hasta hacerla estremecer, sentir ese momento de excitación que no puede reprimir, que la hace gemir y sacudirse. Me dejé rodar por su vientre, acariciando y enredándome en los rollitos incipientes de su madurez, jugando con las huellas del tiempo, descubriendo las zonas olvidadas de su anatomía de hembra, meterme entre sus piernas y robarle el placer generado. El gemido fue el aviso que voy por buen camino, desperté las sensaciones que la estremecen, mi boca aspira, mi lengua hurga dentro el dedo frota la cereza que corona la entrada al templo de todos los deseos. Me empuja la cabeza con sus manos enlazadas en mis cabellos, nos agitamos, comienza a sacudirse, descontrolada, se pierde en la vorágine de sus ...
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