1. Esta vida tan hermosa


    Fecha: 02/03/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... inundándole las entrañas de semen. Me volví entonces al dormitorio hasta donde pocos minutos después llegó Celia. Venía desmadejada, todavía trémula, pero gratamente cariñosa. -No debiste esperarme despierto, mi niño. Vengo con el culo y el coño despedazados. Ibamos a ir a comer y a bailar, pero no nos aguantamos y nos fuimos directo al motel donde me dio toda la noche. Ah! Lo peor es que ayer no trajeron la ropa de la lavandería y no tengo calzones para mañana. Se sacó el vestido de un tirón y luego se bajó los calzones con todo cuidado. -Lávamelos y ponlos a secar con el secador de pelo, que yo me iré a dormir -me dijo al tiempo que me los lazó a las manos. El semen que los empapaba se escurrió también entre mis dedos y, sin protestar, me dirigí al baño a cumplir su mandato. De ahí en adelante nuestras vidas se encadenaron de manera deliciosa en esta extraña unión donde ambos somos inmensamente felices. Su aventura con Miguel terminó de forma extraña, como lo contaré en otra ocasión. Ella es ahora casi una puta y por entre sus piernas han desfilado muchos hombres de cuyas relaciones he sido ese testigo obligado y pasivo que Celia tanto adora. Como reciprocidad, nuestro sexo entre ella y yo se ha elevado a niveles siderales. Pero son otras historias que enviaré más adelante a Todorelatos si deseáis conocerlas. MI VIDA JUNTO A CELIA (ESTA VIDA TAN HERMOSA II) Hetero, infidelidad consentida Las aventuras de su esposa con sus amantes eran muy frecuentes, ella podía llegar ...
    ... hasta límites insospechados por él Volver al relato de mi vida junto a Celia me produce, debo reconocerlo, no sólo el placer morboso de exponer una realidad diferente y apasionante ante quien quiera leerlo, sino que me ayuda a ordenar mi vida, a enfrentarme con ella como ante un espejo, sin atenuantes, verificando así que si volviera a existir mil veces, en ninguna de esas vidas cambiaría ésta que hoy tengo. Mis inicios no fueron fáciles, como ustedes lo han podido comprobar en mi primer relato y también en éste donde describo los sucesos que siguieron a la experiencia vivida con Celia en la cabaña de aquella ciudad, lejos de la capital. Hoy, a varios años de aquello, las cosas están claras y vivo uno de los mundos más apasionantes que puede desarrollar, en el plano sexual, una pareja que se ama de verdad. Permanezco todos los momentos del día, esté donde esté, con una contracción en el estómago que es, sin ninguna duda, la expresión física de un placer indeleble y sin medida, pero un placer que es también terrible porque mezcla en un todo los sentimientos más contradictorios que pueden sacudir la esencia de un hombre. Mezcla, por ejemplo, la tortura lacerante de los celos más sombríos con la inefable felicidad de tener una mujer como Celia; la rabia e impotencia ante la impudicia y el descaro de una hembra desvergonzada que se entrega al sexo sin límites con cualquiera, teniendo al mismo tiempo con ella un placer sexual inagotable y un amor sin parangón, colmado de ternuras y ...
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