Karina, el segundo encule de mi vida (1)
Fecha: 24/10/2017,
Categorías:
Grandes Relatos,
Erotismo y Amor
Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... las cosas tomaran su curso y aquella noche Karina volvía a dormir conmigo, siempre abrazada contra mis pectorales desnudos. Con los días una noche me dio la sorpresa que se había llegado mi día. Me embarró las piernas con cera y por primera vez desconozco mis piernas, estaban rojizas y sin vellos en ellas. Karina había gozado aquel proceso, el cual creo le dio esa confianza para sentirnos más unidos y fue esa noche que por primera vez me dio un pequeño beso en los labios. No quise continuar, pues intuía que ella deseaba llevar el control de esta relación y a mí me hacía gozar su misterio, pues era encantador como el rostro moreno claro de esta bella mujer. La noche previa a mi cumpleaños 38, como siempre se había hecho costumbre, llegó con su libro en turno y después de unas copas de vino sucumbimos al sueño. Ella tomó esa misma posición de poner su rostro contra mis pectorales, pero en esta ocasión Karina se despojó de su camisa de dormir dejándome sentir la piel de sus dos hermosos pechos. Me emocionó su proceder, pero nuevamente estaba dejando que llevara el control y que fuera ella la que descubriera si realmente un hombre la atraía. Yo siempre dormía con mis bóxers y nada más, y Karina regularmente con sus pantalones cortos de algodón y una camisa del mismo material, pero en esta ocasión, estábamos nivelados: ambos solamente cubiertos de nuestros sexos. En la madrugada desperté con esa sensación deliciosa de sentir esa humedad caliente de su boca tomando con ella mi ...
... pene. Me tomó algunos segundos comprender que no era un sueño y mi verga erecta yacía parcialmente introducida entre sus sensuales labios. Ella no puso atención si yo estaba despierto o dormido y continuó con un sexo oral tan delicadamente delicioso y por mi dieta sexual de los últimos meses, sentía que me podría venir en cualquier momento. Cuando supe que estaba cerca del paraíso se lo advertí, pues al ella haberme confesado que nunca había tenido una relación heterosexual antes, no sabía cómo reaccionaría si le dejaba ir mi eyaculación en su boca. Karina solo dijo una frase que me indicaba no le importaba: ¡Feliz Cumpleaños! – me dijo. Sentí que el placer no me pasaba y esos fueron los segundos más largos de placer que sentía en mucho tiempo. La corrida fue tan impresionante que toda la boca de Karina estaba empapada de mi esperma, al igual que las colchas de la cama. Por primera vez veo sus pechos libres y sueltos cuando salió al baño a limpiarse. Cuando regresó volvía a decir la misma frase y le agregó algo más: ¡Sabe a jugo de naranja! Eran las cinco de la mañana y con Karina habíamos descubierto que coincidíamos a ser más predispuestos al sexo por las mañanas, pues llegábamos tan cansados mentalmente en la noche, y la rutina de la lectura y un par de vinos nos relajaban para dormitar, pero despertábamos temprano juntos a preparar desayuno y ver televisión aunque entrabamos a las 8 de la mañana a trabajar. Aquella mañana ese beso de Karina después de haberme dado placer oral ...