Karina, el segundo encule de mi vida (1)
Fecha: 24/10/2017,
Categorías:
Grandes Relatos,
Erotismo y Amor
Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos
... lo idealizo y está en uno de mis mejores recuerdos. Le dije que quería comerme el pastel, en fin era mi cumpleaños y ella solo sonrió. Quise disfrutar su lindo cuerpo poco a poco, mirar sus ojos cuando la besaba y mi lengua invadía ese orificio que tanto placer le dio a mi verga. Fui bajando por su cuello con esos besos y prácticamente lamidas que se extendían hasta alcanzar su lóbulo, el cual le provocaba tremenda reacción, pues su piel se erizaba, que era lo único que le quitaba esa sensación sedosa a su fresca piel morena. Bajé a sus pechos y los lamí delicadamente, besé sus pezones mil veces, los mordisqué y los chupé a placer mientras Karina se retorcía del placer. Su ombligo era divino, siempre con esas piedras brillantes y yo le di más brío con mi lengua. Hacía aquello mientras mi lengua saboreaba esa parte que un día la conectó a su madre, mientras masajeaba con mis dedos sus dos pezones. Pasé a removerle ese pantalón corto de algodón con los que siempre dormía y que en esta ocasión era de color amarillo con estampados rosa. Como lo intuí, no tenía nada más abajo, Karina no usaba prenda íntima cuando estaba en casa o en el trabajo, siempre y cuando no estuviera pasando o se le acercaba su periodo menstrual, como también cuando usaba pantalones. Removí su pantalón corto y me queda esa visión, ese paisaje de ver su bien formado pelvis, con un monte Venus, completamente desierto, sin vellos en ningún lugar. Una panochita de idilio, que tenía ese brío cuando la luz difusa ...
... de mi habitación chocaba con los líquidos vaginales que me indicaba estaba más que lubricada. Quería oler su concha, quería saborear la miel de su sexo, y fui delicadamente hacia ese rico orificio, al igual que Karina delicadamente me había dado placer oral. Su olor me fascinó e hechizó, su sabor me volvía loco, y al escuchar los gemidos de Karina, mi excitación se elevó al máximo. No sé cuantos minutos pasé rozando su rosado e inflamado clítoris con la punta de mi lengua. Los gemidos de Karina eran quebrantados y su pelvis temblaba. Karina es de las chicas de sexo delicado, intuía que no era de las del sexo tosco o apresurado. Ella disfrutaba el leve roce de mi lengua recorriendo toda su pequeña abertura. De vez en cuando mi lengua se hundía en su orificio para hacerla gemir con más ímpetu. Solo recuerdo sus breves y cortadas palabras: Tony, me estas volviendo loca. Le elevé sus bien torneadas y alargadas piernas para poder llegar a su perineo, creo que aquello le fascinó pues su jadeo conllevaba esa respiración de la desesperación, al sentir la presión de mi lengua entre sus dos preciosas aberturas, su rica concha y su apretado culo. Fue cuando Karina comenzó a pedirme con su manera delicada y su exquisito léxico al decir: Tony, quiero sentirte dentro de mí. Yo jugué con su desesperación y aquel conmocionado deseo y continué con esos besos sutiles y delicados alrededor de su rica concha, para atacarla desesperadamente con penetraciones de mi lengua en lo más profundo de su ...