1. Karina, el segundo encule de mi vida (1)


    Fecha: 24/10/2017, Categorías: Grandes Relatos, Erotismo y Amor Autor: Tonyzena67, Fuente: CuentoRelatos

    Aquel día de otoño, mi amigo Rivas me invitó a que le acompañara a la exposición de productos en la cual la compañía para la que trabajábamos participaba. Era un evento nacional y aquel pabellón donde tomaba lugar dicho evento, estaba abarrotado de cientos de gente, pero en especial la tienda más conglomerada era donde estas chicas mostraban más que las herramientas de la construcción que eran la nueva innovación en el mercado, pues su centro de atención eran sus rostros angelicales y bien esculturales cuerpos. Mi amigo Rivas, sin perder mucho el tiempo se dirigió a las mesas donde estas chicas lo saludaron con un beso, lo que me dio a entender, que tenían ya lazos de amistad entre sí. Segundos después me presenta con estas lindas chicas entre las edades de 20 a 30 años y quienes vestían estos pantalones de licra color negra y una camiseta roja con el logotipo de la compañía que representaban. Realmente era una delicia verlas y era entendible el porqué su tienda siempre estaba abarrotada de hombres de todas las edades. Era simplemente divino ver como esa licra ceñía sus bien trabajados glúteos, esas piernas largas y bien torneadas y el punto excitante, cómo les ceñía hasta exponer esa rajadura de sus ansiados sexos. Todas me llamaron la atención, todas ellas eran hermosas, pero me llamó más la atención la chica de cabello oscuro y ojos almendrados. Cuando mi amigo Rivas me la presentó, ella con una sonrisa perlada, de una dentadura y sonrisa perfecta me dio su primer nombre: ...
     Karina. –dijo. Su rostro era delgado y alargado, con un cabello espeso y oscuro que le llegaba acariciando su precioso trasero, unos labios carnosos y ahora pintados de un rojo muy llamativo, sus cejas eran anchas pero bien recortadas, pero encajaban bien con la simetría y estética de su maquillaje y su léxico era atractivo, claro y muy seductor. Realmente me llamó mucho la atención y pareció que teníamos mucha química que en breve ya estábamos bromeando con más confianza. Fue Rivas el que me insinuó que la debería contratar para la compañía diciendo: - Zena, ¿qué te parecería tener como tu secretaria a Karina? - Sería fabuloso, pero no creo que sea su línea de trabajo… no creo que le guste estar encerrada en una oficina. –dije. - ¿Por qué lo dice? Cuando me gradué en contabilidad, siempre busqué un trabajo en el área, pero siempre se me negó. Realmente esto de edecán como que no es lo mío. –dijo la chica. En aquella primera apreciación de Karina le calculaba era la menor de todas con unos 22 años, pero me equivocaba, era la mayor y contaba con casi 28 años. En la plática descubrí que tenía una licenciatura en administración con una inclinación en contabilidad, pero que las circunstancias siempre la llevaron a ese tipo de trabajo donde explotar su belleza y que era más fácil según mi apreciación, aunque no era la apreciación de Karina. Me habló de los viajes constantes, de dormir en hoteles y una serie de inconvenientes que dicho trabajo conllevaba. Aun así, solo contemplaba ...
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