Fiesta de Halloween
Fecha: 24/02/2019,
Categorías:
Erotismo y Amor
Autor: Havelass, Fuente: CuentoRelatos
... concentrándose en la figura que levitaba sobre él, una silueta cada vez más definida de mujer "¿Quién... quién eres?", murmuró Alfredo claramente asustado; "¿No te acuerdas de mí, Alfredo?, ah, espera, debo materializarme más". Dicho esto, la silueta se posó verticalmente en el suelo; Alfredo contuvo su respiración al ver la informe cosa metamorfosearse en una joven muchacha, que al principio él no reconoció, hasta que desde el fondo de sus mejores recuerdos fue resucitada: ¡por Dios bendito, era Mar! Mar seguía siendo la misma chica que conoció en la Facultad, alta, morena, de gruesas tetas y fuerte culo, atlética, abundante melena morena ondulada, cuyos rasgos medio africanos, labios gruesos y pómulos redondeados, habían llamado su atención y gusto sexual. "Mar", expresó Alfredo, "qué haces aquí, moriste"...; "Sí, Alfredo, morí atropellada, ¿recuerdas?, yo era tu novia del alma, me dedicabas canciones, me besabas con amor y deseo, ¿recuerdas?, me propusiste que folláramos, pero nunca quise, no estaba segura, quizá con el tiempo..., sin embargo, morí antes que cumplieras tu deseo, sí, morí, y fue por tu culpa, ni tú ni nadie lo sabe pero"...; "¡Por mi culpa, Mar!", expresó Alfredo aterrado; "Sí, crucé la calle sin mirar, nos habíamos peleado, amenazaste con cortar nuestra relación si no nos íbamos pronto a la cama, te dije que me lo iba a pensar, que te contestaría en un SMS, justo cuando me atropelló aquel coche lo había escrito y estaba a punto de enviarlo"; "Oh, ...
... Mar, ¿qué escribiste?"; "Léelo tú mismo". En pocos segundos se materializó un viejo Nokia 9500 que cayó sobre la almohada; Alfredo lo tomó; abrió la aplicación de mensajes y fue a borradores; allí estaba ese SMS que jamás fue enviado: "T spero en m casa a ls 5. Mis padres no stan. Condones please" Alfredo, en sus meses de noviazgo, jamás había visto desnuda a Mar, no obstante la imaginara bella y seductora cuando se masturbaba. Algunas veces protagonizaban breves tonteos, en la oscuridad de algún parque, en los que ambos se palpaban los genitales por encima de sus ropas, y casi rozaban el orgasmo, nada más. Ahora, Mar, se presentaba ante él como una mujer plena en su lozanía. "Mar, Mar", musitó amoroso Alfredo. Estas dos palabras fueron suficientes para que su amante, su fantasma, se encaramara sobre él y, a horcajadas, se introdujera su pene formidablemente erecto en su vagina. No sintió ninguna calentura Alfredo, no, pero sí una fuerte corriente de fluidos internos que se le iban agolpando en la punta de la polla mientras Mar cabalgaba sin pausa mirando con fijeza el rostro de Alfredo, algunas veces, otras, el misterio de su unión en el bajo vientre, el pene entrando y saliendo de su vagina, haciendo la función de puente entre sus cuerpos, entre sus almas. Mar resoplaba a cada empuje; Alfredo... Alfredo ya no sabía ni lo que le ocurría: le parecía estar fuera de sí, y no controlaba sus emociones, riendo y llorando al mismo tiempo, gozando y sufriendo, viviendo y muriendo. ...