1. Tarjetas black (Parte 4)


    Fecha: 13/01/2019, Categorías: Infidelidad Autor: Rober XL, Fuente: CuentoRelatos

    ... agua Eva se dio cuenta de que no le bastaba con secarse por fuera. Sentía su sexo cálido y húmedo por dentro. Roberto la había preparado, sin que ella sospechara cuales eran las verdaderas intenciones de aquel hombre. Eva sería la trampa en la que Federico caería con gusto. ― ¡Madre mía! Como está la amiga de tu mujer. Rio Roberto ― Vaya que sí. ― No te importa si me la follo, verdad. ―dijo Roberto con intriga. ― ¿Qué? ―se sorprendió Fede. ― Que si te la estás tirando tú, yo paso de líos. ― ¡Qué dices! ¡Qué lástima! ― Ah sí, pues si eres listo esa no sale de aquí sin chuparnos la polla ―dijo Roberto retando al marido de Yeimy. ― Sí, claro, delante de mi mujer ―renegó Fede. ― Faltaría más, delante y a cuatro patas…¿tendrás lubricante? ―preguntó rápidamente el invitado. ― Estás de coña. A Yeimy no le va eso. Roberto se quedo cayado mirando con extrañeza a Federico. Hasta que cayó en la cuenta de que Yeimy le habría engañado, dado que la cara de su marido reflejaba sinceridad y frustración a partes iguales. Entoces se le ocurrió una idea divertidad ― ¡Eva! ¡Ponte aceite que te vas a quemar! ―gritó Roberto. ― ¡Ven y échame tú, anda! ―respondió Eva tendida en la toalla. Y con discreción le comentó a Federico: ― Ves, ha traído aceite… Yeimy en cambio sí se levantó, ya que su amiga le soltó un contundente “Lárgate”. Le ordenó a Federico que la acompañase adentro a ayudarla con la comida, pero al entrar ella subió al piso superior para espiar a los que se habían quedado junto a la ...
    ... piscina. Al principio Roberto cumplió escrupulosamente la solicitud de Eva, untándola con protección solar de los pies a la cabeza. En cambio aquel maldito pronto volvió cruzando la estrecha espalda hasta llegar al escurrido trasero de su amiga. No se detuvo ahí, metió dos dedos en el huequito y sin ninguna resistencia estos se introdujeron en el sexo de Eva. La pobre estaba mojadísima. Yeimy no podía evitar sentir celos y rabia al ver a su zalamera amiga junto a Roberto, así que no tardó en bajar de nuevo y gritar desde la puerta. ― ¡Venga! ¡A comer! ―se desazón con ambos se transmitió sin querer en el tono de voz. En cuanto todos estuvieron sentados a la mesa a Yeimy le quedó claro que su amiga estaba encantada con los claros presentimientos que auguraban que iba a echar un polvazo de los que no se olvidan. La colombiana estaba segura de que la muy zorra hasta habría hecho las primeras indagaciones acerca de las armas de su futuro “agresor”. Eva estaba cachonda, notaba un hormigueo premonitorio en su chochito, tenía las tetas durísimas y los pezones marcados bajo el bikini casi le dolían. Ardía en deseo de ser follada, y lo único que deseaba comer estaba justo bajo el pantalón del hombre que tenía sentado justo delante de ella. De buena gana se habría metido bajo la mesa a darse un buen festín. Sin pensar donde ni con quien estaba, Eva se quitó una de sus sandalias y estirando su larguísima pierna fue tanteando el terreno, subiendo sin dilación hasta palpar la estaca de ...
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