Tarjetas black (Parte 4)
Fecha: 13/01/2019,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Rober XL, Fuente: CuentoRelatos
... buen lío. Va a venir a comer el Delegado. Ayúdame!! Eva: El Delegado!! Yeimy: Sí Eva: Ostia tía!! Me lo podías a ver dicho antes de que pagase la inscripción! Yeimy: No te preocupes, te devolveré lo que te haya costado. Eva: Y qué quieres que haga yo? Yeimy: Nada, es que si estamos sólo nosotros tres Roberto se va a aburrir. Eva: Aaaa, bueno. Pues no te preocupes, yo me encargaré de que se divierta, si él quiere… Yeimy: Oye, qué no te estoy pidiendo que hagas nada, eh? Sólo que vengas a comer. Eva: OK Me lo comeré… J Oye, como es a comer me da tiempo a ir a correr. Estaré a tu casa a las 12 Yeimy: OK. Pero no llegues tarde! Eva: Chao y gracias por la invitación! Eva se había convertido en su amiga y confidente desde que comenzó a trabajar en la filial farmacéutica. Era una divorciada con dos hijos a su cargo, ya que su padre se había marchado al extranjero desentendiéndose de sus hijos casi por completo, de hecho su ex había formado una nueva familia allí. Por lo demás, Eva era una mujer madura moderna, independiente y súper sexy. Siempre iba a trabajar con falda y aunque éstas no fueran demasiado cortas, le bastaban para presumir de sus larguísimas y contorneadas piernas. Era alta para ser mujer y eso ya era mucho, y no sólo estaba delgada si no en forma ya que llevaba unos años corriendo a pie de forma habitual, le gustaba cuidarse. Por suerte para Eva, resultaba atractiva para los hombres, porque realmente Eva no sabía estar sola, siempre tenía pareja y cuando no la tenía ...
... era bien porque estaba con alguien casado o bien porque estaba liada con dos hombres a la vez. Pero como mujer rubia e inteligente que era sabía que no debía mezclar el placer con el trabajo, así que según sabía Yeimy, Eva solo se había liado con un compañero casado y que a buen seguro mantendría la boca cerrada. Al día siguiente, Yeimy se encontraba hipernerviosa y en cuanto desayunó tuvo que comprobar que todo estaba preparado para quedarse tranquila, la comida, la música, la vajilla, etc. De todas formas Roberto no se hizo esperar, llegando poco después de las 10 h. sorprendentemente vestido de manera informal con unos vaqueros y una camiseta, que a Yeimy le pareció le quedaban de muerte. Tras enseñarle su casa, el jardín y la piscina Roberto les pidió amablemente darse una ducha. Al parecer le gustaba el ciclismo pero dado lo complicado de llevar consigo una bici o de circular por carreteras desconocidas optaba por hacer spinning en el gimnasio del hotel tal y como había hecho aquella mañana, sin tiempo para ducharse. Había tenido que dejar la maleta preparada la noche de antes para desocupar la habitación para el check-out antes de las 10h. Eso les dijo, pero Yeimy descubrió la verdad 5 minutos después. Yeimy buscó en el vestidor una toalla sin estrenar y fue al baño a dársela al delegado. Tocó entonces a la puerta y cuando este la abrió no pudo evitar echar un vistazo a aquella cosa que su dueño tan bien sabía utilizar. Le colgaba apenas turgente. Nada hacía sospechar ...