1. Suegra querida


    Fecha: 01/01/2019, Categorías: Anal Sexo Duro Sexo con Maduras Autor: pepitito, Fuente: xHamster

    ... tu leche amorcito, quiero todita-- Allá voy Anita, acabemos al mismo tiempo. Ya voy, ya voy-Y le llené su cueva de mi semen entre gritos y contorsiones de la señora que también tenía su orgasmo al unísono con el mío. Fue sensacional, nos abrazamos fuerte como para que ese polvo no terminara nunca. Era tanta mi calentura que mi picha duró adentro unos minutos antes de llamarse a sosiego. Demás está decir que quedamos extenuados acostados uno junto al otro.- Nunca imaginé que eras tan calentona para el sexo, me has sorprendido-- La verdad es que hace semanas que Armando ni me toca y yo estoy acostumbrada a coger un par de veces por semana. Me moría de ganas de hacerlo. Llegaste justo para darme lo que necesitaba-- Ha sido un polvo memorable, no sé si porque tengo el morbo de cogerme a mi suegra en su propia cama o por ponerle los cuernos a mi suegro y a mi mujer. Todo queda en familia, no?-- Por favor no me hagas pensar en ello que me da cosa-- Ya mujer. Lo hicimos y estuvo muy bien. Y tanto que ahora cuando recupere mis energías te voy a dar por ese culote que tienes. Porque me imagino que me lo brindarás, no?-- Te lo daré, no lo hago habitualmente, pero hoy será tuyo para que me lo llenes con tu lechita-En el furor de mi calentura yo no había apreciado en todo su esplendor el culo de mi suegra. Ahora le ponía atención y lo que veía me fascinaba. Sus 100 centímetros estaban más que bien dispuestos. Era un culo grande en tamaño y en belleza. Ninguna imperfección a la vista, ...
    ... ni siquiera celulitis. Era redondo y con una piel de bebé que daba gusto acariciarlo. Era todo mío y me lo iba a comer!Le pedí que se pusiera de espaldas a mí y se arrodillara apoyada en sus codos, de forma que ese grandioso pan dulce se ofreciera a mis jugueteos. Comencé por acariciarlo con ambas manos y sentir el calor de su piel. Luego, valiéndome de mi lengua siempre tan presta para estas tareas, lo lamí en repetidas oportunidades yendo y viniendo por toda su extensión, con especial dedicación a su raya y al agujero que lo mantenía apretado. Luego besé todo ese culo con una pasión y fuerza desconocidas en mí, lo hice tantas veces que mi boca me llamó a sosiego. Era toda una pintura y lamenté mucho no haber tenido una cámara fotográfica para eternizar esa visión.Llegó el momento, le pedí que con una mano me ayudara abriendo los cachetes. Besé su agujero antes de empezara a penetrarlo para llenarlo de mi saliva. Metí un par de dedos en su panocha para untarme de sus jugos y los metí en su ojete. Recibí como respuesta un gemido complaciente. Era evidente que doña Ana también le ofrecía su trasero a su marido a menudo. A los dos primeros dedos añadí el anular y comencé a frotar para agrandar su esfínter. No me costó mucho por lo antedicho. Mi verga ya estaba preparada para la acometida así que fue sacar los dedos y embocarla.Ana me recibió con un suspiro de satisfacción a la vez que me animaba a penetrarla hasta el fondo. No lo hice de inmediato, también quería demorar mi ...