Suegra querida
Fecha: 01/01/2019,
Categorías:
Anal
Sexo Duro
Sexo con Maduras
Autor: pepitito, Fuente: xHamster
... nada, el problema es que me distraigan en mi tarea o me entusiasmen-- Ahora no me vengas que las piernas y las bragas de una vieja te ponen cachondo, por favor-- Suegra, debo decirte que tus piernas son hermosas y hasta donde alcanza mi vista lo que veo es muy motivador-- Pues veo que te estás poniendo cachondo en serio. Sigue con el masaje que vamos muy bien. Ya te diré cuando parar-La última frase la quise interpretar como que fuera más atrevido, así que seguí masajeando y a cada rato daba un paseíto por su vértice. Ella dejaba hacer, y yo creí que dejaba caer algún gemido de placer, así que me animé y le dije- Para seguir más arriba, vas a tener que abrir las piernas-- Pues ya está- Dijo abriéndolas todo lo que pudo.Avancé con mis manos y empecé a rozar más seguido su panocha, que por cierto estaba derramando jugos porque el calzón ahora estaba muy mojado. Como Ana estaba callada y solo gemía cada vez más fuerte, me dije que debía aprovechar la situación, pues ya me diría cuando parar. Y seguí, levanté uno de los bordes de su bombacha y deslicé un dedo sobre su concha. Tal como imaginaba estaba toda pegajosa.Con mi dedo adentro de su vagina me detuve un segundo para mirarla. Estaba con los ojos cerrados y mordiéndose los labios. Ya no había retorno. Otro dedo y juntos los introduje en su conducto. Ana dio un respingo y me miró diciéndome.- Seguimos? Esto es fenomenal pero antes de perder lo que queda de mi conciencia te quiero recordar….- Calla mujer. Los dos somos adultos ...
... y sabemos que hacemos. Solo piensa que somos una mujer y un hombre que han descubierto que quieren compartir su sexualidad-- Me cuesta, pero….- Nada de peros-Me acerqué a su boca y apoyé mis labios en los suyos esperando su reacción. De inmediato los abrió y su lengua buscó la mía para entrelazarse en un juego que duró unos minutos. Mis manos ya no hacían masajes en sus piernas, ahora estaban jugando con sus tetas, mientras tanto mi rostro buscó la entrepierna. Me encontré con un aroma afrodisíaco que manaba de su panocha que no paraba de botar jugos. Volví a meter mano en su cueva. Mis dedos volvieron al calor de su interior buscando sus más recónditos sitios y especial su punto G que yo creía dormido. Nada de eso, apenas lo empecé a tocar, Ana se revolvió sobre sí misma y cerró sus piernas para que mis dedos no se escaparan de su vulva. Como pude los quité y me los llevé a la boca para probar el sabor de su panocha. Me gustó y los saboreé haciéndole un guiño de complacencia que mi suegra agradeció.- Creo que es hora que te quites esa levantadora y me dejes apreciar tu cuerpo al desnudo-- Me da un poco de vergüenza, y si no te gusta?-- Por lo que he visto no solo me gusta sino que también lo quiero probar íntegramente-Se levantó del sillón y se quitó la prenda dejando ver sus conocidos calzones celestes y un corpiño blanco. Ella era de estatura mediana, unos 165 centímetros, y sus medidas deberían ser alrededor de 95-65-100. Sobresalían de esa figura, sus grandes tetas y su ...