Me vuelve loco el sabor de tu coño
Fecha: 24/12/2018,
Categorías:
Infidelidad
Anal
Autor: chicapervertida, Fuente: CuentoRelatos
... cosas que los adultos hacían, así que mi actitud fue de entrega total, de dejarme hacer todo lo que él quisiera para descubrir hasta donde podía llegar. Luego de todos los rodeos de la conversación, de presentarnos, de conversar un rato, de todo el rollo de romper el hielo, mi amante se puso de pie, se acercó a mí, con una mano comenzó a acariciar mi rostro, rozando con especial suavidad mis labios mientras poco a poco fue colocándose detrás de mí. Entonces comenzó a peinar mis cabellos con sus dedos, a masajear mi espalda poco a poco, y de repente, colocó una venda en mis ojos y a partir de ese momento supe que el juego había empezado. Los siguientes sucesos fueron muy surreales como para poder describirlos a plenitud. Solo os diere que en pocos minutes estaba de pie, mi amante me había quitado el vestido y me había dejado en ropa interior (por cierto que era un conjunto de lencería Victoria’s Secret muy sexy que me había comprado mi esposo) y estaba atada por los tobillos y las muñecas, describiendo con mi cuerpo una X. No sé cuánto tiempo pasé en esa posición. Supongo que mi amante lo aprovechó para fotografiarme o pintarme, no lo sé. Lo siguiente que sentí fue que se acercó a mí por detrás y se fue pegando poco a poco. Comenzó a acariciar todo mi cuerpo y con delicadeza soltó la tira de mi sostén, liberando mis turgentes senos que quedaron luego expuestos al aire como dos frutas maduras. ¡De qué forma tan magistral las acariciaba! Con cada mano tomaba un seno y los ...
... estrujaba con una seguridad y una potencia como si me estuviese ordeñando. Eso me puso muy cachonda. Luego se arrimó aún más y entonces pude sentir como su miembro endurecido comenzaba a frotarse contra mis nalgas. Mi reacción no se hizo esperar. No más sentí la rigidez de su bulto empecé a mover mi culo de una forma muy sutil, en círculos, de arriba abajo, procurando encajar la extensión de su polla entre la raja de mis nalgas, para de esa manera ir masturbando ese miembro poderoso, de forma sutil. Ese ha sido mi mayor fetiche desde que soy niña: sentir una polla tiesa frotándose en mi culo. Nuevamente mi mente se transportó a mi pobre tío Alejandro, quien debió haber sufrido horrores por las torturas que experimentaba conmigo. Recordé un viaje familiar que hicimos a la playa. Era un trayecto de varias horas en coche y como iba toda la familia no quedaban plazas libres en el vehículo. Entonces sin muchas complicaciones le dije a mi madre que iría sentada en las piernas de mi tío. Debo admitirlo, ya en ese momento tenía una fascinación con él. Luego de todas las experiencias que habíamos tenidos con mis pies, no perdía ninguna oportunidad para acercarme a él, para hacerle bromas, para hacerle cosquillas y que él me las hiciera a mí. Además su actitud era encantadora. Me mimaba, me consentía, me complacía en todos mis caprichos, me compraba chuches, me traía regalos, jugaba conmigo, me ayudaba a hacer las tareas. Mi relación con él era amorosa y tierna, pero yo no podía evitar ...