Infidelidad en su boda
Fecha: 24/11/2018,
Categorías:
Infidelidad
Sexo con Maduras
Autor: MARIANO, Fuente: CuentoRelatos
... recuperado el sosiego se dispuso a repasar la última parte del mensaje de su amiga. Un ligero estremecimiento recorrió su cuerpo antes de comenzar la lectura y es que Estrella tenía el don especial en sus narraciones de hacerle sentir casi como propias todas sus locas aventuras sexuales. En realidad Estrella siempre se había caracterizado por su abierta inclinación a todas las manifestaciones del sexo. Lucía recordó como con catorce o quince años, estando en casa de su amiga, ésta las había conducido a ella y a Elisa, otra amiga, al dormitorio de su madre para mostrarles el curioso juguete que guardaba en su armario, un pene de plástico cuyas dimensiones dejó a ambas perplejas al nacerles la incertidumbre de que en la realidad pudieran alcanzar semejante tamaño. Estrella se había puesto a juguetear en guasa con el instrumento haciéndolo resbalar repetidamente por su cuerpo mientras simulaba un baile erótico que culminó con un beso en la punta del magnífico pene. En ese momento, con sus labios apoyados sobre el juguete y viendo la estupefacta expresión del rostro de sus dos amigas que la contemplaban, había estallado en grandes carcajadas a las que se unieron rápidamente las risas de Elisa y las suyas propias. Luego el instrumento empezó a pasar de las manos de una amiga a la de otra y las risas se multiplicaban en cada postura erótica adoptada. Lucía recordaba cómo se le quedó grabada la tersura casi humana de ese plástico con el que estaba confeccionado el juguete sexual. ...
... Unos días después, al salir del instituto Estrella volvió a reunirlas en las afueras del pueblo para mostrarles un nuevo hallazgo, una revista guarra. Su amiga comenzó a hojear las páginas y se sucedieron las fotos que mostraban las inimaginables cosas que se podían hacer con un hombre o incluso con más de uno a la vez. Estrella no paraba de alabar las excelencias del sexo y proclamaba abiertamente su predisposición a probar todo lo que allí se exponía y aún más. Lucía, por el contrario, experimentó en ese momento una repulsión generalizada hacia semejantes actos de copulación antinatural y de grupo, por no hablar de las escenas finales en las que los protagonistas masculinos depositaban su semen en cualquier lugar menos donde realmente debían. Lucía iba a comenzar a leer la última parte del mensaje de Estrella cuando oyó las voces de su madre instándola a apresurarse. De mala gana apagó su ordenador y se dirigió al único cuarto de baño que había en la casa, para ducharse. Mientras se enjabonaba, su mente no pudo evitar volver al relato de la noche loca de su amiga. Estrella había salido de la tienda junto con otra compañera de trabajo y, tras cenar, las dos se fueron a un conocido pub de la city. La amiga le decía que se había enrollado con un chico guapísimo, alto y rubio de ojos azules. Lucía siempre dudaba de la veracidad de las descripciones de los amantes de su amiga, pero le daba igual, porque nunca veía en ello un intento de pavonearse por sus conquistas. El príncipe ...