1. Con ayuda de mi suegro


    Fecha: 06/11/2018, Categorías: Incesto Infidelidad Autor: Sandra_lujuria, Fuente: CuentoRelatos

    ... pasado serle infiel a Roberto, al menos no hasta ese día. Al verme bien arreglada, mi marido buscó acción y cuando estaba maquillándome frente al espejo, se acercó por atrás y me dio unos buenos arrimones. -Qué guapa estás, Sandra- yo sentía sus manos tomándome de la cadera y su paquete bien centrado entre mis nalgas. Pero no le iba a dar el gusto. -Suéltame. Deberías seguir el ejemplo que te estoy poniendo y conseguir al menos una entrevista. Mira lo panzón que te estás poniendo… Creo que ya no me atraes. -Pues te chingas, porque eres mi esposa y me tienes que cumplir- Atajó él, portándose muy macho. -Cómo eres pendejo, Roberto. No te mereces una esposa como yo siendo el huevón en que te convertiste… Extraño a mi hombre- Tomé su pene erecto con una mano –Extraño a ese que eras tú. Él se lo tomó como una invitación a tocarme y tuve que salir del cuarto para terminar de alistarme en el baño de visitas. Tocar de nuevo el miembro de mi esposo, me había puesto caliente y si no fuera tan orgullosa, me hubiera quedado en la casa para que Roberto me cogiera hasta por las orejas. Así como me puse, pensé que me daría tiempo de darme un poquito placer antes de irme “O le voy a saltar encima a Mario en cuanto lo vea”. Con la práctica, había descubierto que frotando mi clítoris en la esquina del lavabo conseguía los mejores orgasmos y me preparé para buscar uno de esos. Bajé mis bragas hasta las pantorrillas y subiéndome la falda del vestido, comencé a darme gusto repasando ...
    ... mentalmente la última vez que Mario me había cogido. El espejo me devolvía el reflejo de una bonita mujer madura, me gustó cómo me había quedado mi maquillaje y lo sensual que me veía mientras me masturbaba. Al poco rato estaba tan mojada, que mi vulva hacía un curioso ruido al resbalar sobre la porcelana del lavabo. En eso se abrió la puerta de un tirón y en el espejo, mi mirada se cruzó con la de mi suegro, quien tardó unos segundos en asimilar que lo que estaba mirando era a su nuera teniendo sexo con un mueble de baño. -¡Perdón, Sandy! ¡Perdón!- comenzó a disculparse don Fernando mientras cerraba la puerta. Como yo había entrado al baño solo para maquillarme, se me olvidó asegurar la puerta “Qué vergüenza” pensaba desesperadamente mientras me acomodaba el vestido. Esperé a escuchar que mi suegro se había alejado y salí del baño y de la casa a toda prisa. No podía creer lo guapo que estaba Mario. Hacía nueve años desde la última vez que nos vimos en el funeral de su padre y en ese entonces yo me negué a darle una última cogida porque ya tenía un año de casada. Me acerqué a la mesita del café donde nos habíamos citado. -¡Sandra! ¡Qué gusto verte!- Mario siempre había tenido unas maneras muy delicadas, a veces demasiado, que lo hacían ver algo afeminado. -Pero qué guapo te ves. Casi nunca subes fotos tuyas a Facebook -Ay, no. Si lo tengo es solo para encontrar amistades. Me dio mucho gusto que me buscaras. Pero qué rara sonaba su voz. Había algo más, no se… Algo que no estaba ahí la ...
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