Mi estado de coma
Fecha: 24/10/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: angel18, Fuente: CuentoRelatos
... próximos días… La contusión ha dañado seriamente el cerebro y desconocemos aún hasta qué punto la lesión pueda haber provocado un daño permanente” “¿Qué significa en este caso daño permanente?” – indagó Liz. “Hmmm… digamos que existe la posibilidad de que quede en un estado vegetativo de por vida…” Mi madre rompió en sollozos y, aunque no podía ver a Liz, me di cuenta de que debía haber bajado la cabeza y estaría también al borde del llanto, tal como quedó demostrado por la actitud del hombre que hablaba… “Pero le repito señora… señorita… Es algo que sólo sabremos en la medida en que los días vayan pasando y veamos cómo responde a los estímulos… Hoy por hoy no podemos arriesgar un pronóstico certero…” Mientras siguen hablando, las imágenes siguen acudiendo a mi mente… Voy a la alcantarilla, sí, voy hacia ella… De pronto… sólo hay vacío…, vacío…, vacío… Me siento flotar… ¿En dónde estoy? No lo sé, pero mi cabeza se comienza a poblar de imágenes del pasado… Mi nombre es Lucas, tengo treinta y dos años y soy ingeniero en sistemas… Trabajo para una empresa multinacional pero a la vez tengo un local de servicio técnico de computación que, gracias a algún dinero ahorrado, pude instalar a unas cinco cuadras de casa… Mi trabajo, desde ya, no me permite hacer demasiada presencia física en el lugar pero, por suerte, tengo el apoyo de Gastón, un empleado tan fiel como brillante, un chico de apenas diecinueve años que, a pesar de su corta edad, es lo que podría decirse un prodigio ...
... absoluto en la materia… ¿Y quién es Liz? Ah, mi novia… ¿se los había dicho? No lo recuerdo… El caso es que mi soltería se prolongó por largo tiempo y, poco a poco, fui viendo como mis viejos amigos del colegio o de la vida se iban casando o bien formaban parejas estables en tanto que yo nunca “sentaba cabeza”. Hasta que apareció Liz… Hacía sólo un año y medio que estaba con ella pero puedo asegurarles que fue suficiente: desde el día en que la conocí supe que Liz era distinta. Empleada administrativa de una empresa que era clienta de aquella en que la que yo trabajaba, dueña de un particular encanto y educación al hablar, una conversación versátil que se puede adaptar a cualquier entorno y a cualquier persona, y todo ello sin hablar de una figura envidiable, unos hermosos ojos marrones y una cabellera castaña que le luce particularmente bien cuando lleva el pelo suelto y planchado. Chica seria… no crean que fue una fácil conquista, no porque se pusiera en difícil, sino porque se trata de una gema a la cual hay que manipular con cuidado de que no se dañe en el proceso de conocerla. No es, según ella misma lo ha manifestado, gran amante de las salidas nocturnas salvo, obviamente, las que hacemos juntos cada tanto. Mujer difícil para los hombres: tratará a todos con respeto, pero jamás se mostrará como una chica fácil y regalada… Ah, tenía veinticinco años cuando la conocí… Veintiséis en este momento… Liz fue motivo suficiente para cortar una ya dilatada y tardía soltería. Lo teníamos ...