Alicia despierta de pronto
Fecha: 20/10/2018,
Categorías:
Infidelidad
Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos
... pregunté;sí, sí, sí, me gustá su polla, respondió. ¿Te gustaría mamarsela Luis?, sí;¿te gustaría ver como me folla a mí?. Al mismo tiempo le hice una paja, le saqué los dedos y comencé a darle envestidas como si yo fuese su tio que se lo estuviera follando. Sí follame Carlos, dijo, follame. Tras de la calentura y de correrse Luis estaba avengorzado, pero yo le dije que no pasaba nada por tener esos deseos siempre que no lo llegara a materializar pues eso sería hacer público que era maricón como yo ya sabía desde hace tiempo. Luis se extraño y me pregunto que qué quería decir, a lo que respondí:sencillamente Luis te he visto como le comias la polla a un tio en nuestra cama. He visto como ese amigo tuyo rubito te ponía su polla en tu boca y como tú la mamabas con deléite mientras él te metía un consolador por el culo. No supo que decir, se cayó y se levantó. Yo hice lo mismo y salí a la calle a comprar para hacer una buena comida para Carlos en casa. Compré unos buenos bogavantes con un buen Albariño, quería ponerle a mi chulo lo mejor ya que esperaba lo mejor de él. Me estaba enamorando de él, de su deliciosa polla y de sus increibles cojones, de cómo me folló en su apartamento y de cómo pude introducirme aquél aparato duro como una piedrá. Al volver a casa, y después de un rato de silencio miré a Carlos a los ojos, él bajó la cabeza después de algunos segundos de mantenerme la mirada. Yo le dije, Luis, no pasa nada, te juro que no pasa nada, no te voy a pedir el divorcio ni ...
... voy a dar un espectáculo. Por mi parte asumo tu situación y si tú quieres seguimos como hasta ahora. El dijo inmediatamente que sí, que no lo volvería a hacer e inmediatamente también le respondí que eso era imposible y que no se engañara, que su realidad era inevitable. Lo que podíamos hacer era buscar soluciones positivas, cosa que yo pronto iba a hacer y que respecto a él podría continuar con aquél chico rubio si quería. Se extrañó de verme tan resuelta. A continuación me fui a la cocina a terminar de preparar la comida. Puse la mesa y coloqué tres cubiertos, cuando Luis entró y vió uno de más me preguntó que para quién era, a lo que respondí que se me había olvidado decirle que el viernes ví a su tio Carlos y lo invité a comer. Inmediatamente se puso colorado. No te sonrojes, le dije, si te gustan las pollas a mí no tienes que ocultarmelo, debes asumir tu nueva condición, al menos conmigo que por otra parte ya vi lo bien que se te da ocupar la posición de una mujer frente a un miembro de hombre. Se rió el muy cabrón mariconazo. Sin embargo yo lo quiero, no como hombre pero sí como persona, son muchos años, y Luis se diga lo que se diga es un hombre bueno. Pero como mariquita iba a sufrir lo suyo conmigo, pensaba tirarme a todo aquél que me gustara y además en su presencia si era posible. Dieros las tres y cinco y llamaron al timbre. Abre tú Luis será tu tio Carlos. Efectivamente era Carlos que venía acompañado de una botella de coñac francés de esos que entran suave y con ...