1. Inicio de cornuda


    Fecha: 16/10/2018, Categorías: Infidelidad Autor: Anónimo, Fuente: RelatosEróticos

    ... reprochárselo. El problema se presentó cuando comenzó a insistir en acostarse con ella, yo no quería pasar de la fantasía a la realidad, de manera que me resistí a seguir con el juego, con el consiguiente enojo de mi esposo, nuestra relación empezó a tensarse y paralelamente, mi odio hacia Elina fue en aumento. Estuvimos sin sexo cerca de un mes, nunca habíamos estado tan separados...yo padecía mucho esa situación y en más de una oportunidad estuve por claudicar a sus deseos, pero no lo hice. Por su parte, él seguía en su trato amable con ella, y la calentura que le provocaba su cuerpazo era inocultable, a tal punto, que decidí no salir más a visitar a los clientes, para no dejar la oportunidad de que quedaran solos en el comercio. Elina percató el cambio y agudizó sus provocaciones en los breves instantes en que se veían a la hora de cerrar el negocio, cruzaba sus piernas provocativamente balanceando su pierna y levantando aún más sus faldas, o se desperezaba descaradamente de manera que sus pechos resaltaran más. Yo me encontraba en una situación de inestabilidad absoluta, entendí que esa situación no podía prolongarse por más tiempo, debía elegir entre acceder a los deseos de mi esposo o despedirla, con el riesgo de que se encontrara con ella cuando se ausentaba del comercio. Decidí correr el riesgo y opté por prescindir de sus servicios en una oportunidad en que él no estuviera, obviamente sin consultarlo, luego le diría que ella había renunciado al cargo, estaba ...
    ... dispuesta a pagarle una indemnización especial para que no se resistiera al despido. Pero se resistió, no sólo eso, sino que además hizo una crisis de llanto, no por la pena de perder el trabajo, sino por verse finalmente vencida ante su patrona, hecho que me gratificó enormemente. Inesperadamente, mi marido apareció antes de lo previsto y ante el pedido de explicaciones sobre lo que estaba pasando, ella con su llanto logró conmoverlo y mis palabras se diluyeron ante sus lágrimas. Mi esposo le pidió que se calmara, me regañó por haberla hecho pasar el mal momento y halagó su desempeño en la empresa, desautorizándome cruelmente. Ante su inconsolable llanto, a esta altura exagerado ante la posibilidad de poder recuperar su lugar, mi marido se sentó en el sofá y la tomó suavemente de la mano incitándola a que se sentara sobre él como una chiquilla...secaba sus lágrimas tiernamente mientras rodeaba su cintura con el otro brazo. Comenzó a calmarse poco a poco ante las palabras de mi esposo, quien me miraba desafiante. Entonces comenzó mi sesión de tortura...debí escuchar cómo la halagaba...diciéndole lo bonita que era, mientras recorría su cuerpo con su mirada y poco a poco también con sus manos...mientras le aseguraba que no iba a perder su trabajo, que sólo se trataba de una crisis de celos de mi parte ante tanta belleza, que yo no era una mujer tan mala como a ella le parecía, que era una esposa complaciente y que seguramente ya me estaba arrepintiendo de lo que le había hecho...luego ...
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